El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, consideró ayer que con la inmigración clandestina de los menores extranjeros no acompañados pasa como con la de los adultos, que no se puede aspirar a erradicarla definitivamente, aunque sí “hay que controlarla para regularla”. El Barkani reconoció que la gestión de este problema es “complicada”, sobre todo cuando los menores no quieren estar en los centros de acogida, que es donde la Administración local puede ejercer la tutela. Para el delegado, probablemente esos centros no sean “el mejor sitio” en el que puedan estar los menores, “pero es mil veces mejor que estar en la Boca del León o en las escolleras del puerto o arriesgar su vida para colarse en el barco”, afirmó.
