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Desde mi balcón

Los círculos viciosos de la salud

melillahoy.cibeles.net fotos 1134 Juan Carlos Perez Lanzac

Nos movemos en un estilo de vida, que nos conduce a una sistemática y metodologías que nos condicionan de forma absurda nuestra calidad de vida. La principal misión de un gobierno es asegurar la salud, el trabajo y la seguridad ciudadana. Si se llevan a cabo estas tres condiciones, un país prospera.

Sin embargo, si los gobernantes se miran su ombligo y no el de los demás, se desemboca en una situación dramática, que es lo que está pasando en muchos países. Como lo que predomina es el señor Euro, pues vivimos en torno a él y esa es la motivación para vivir.
Sin entrar en más factores desencadenantes de la falta de calidad de vida, sobre todo psíquica que nos invade, existen círculos dentro del campo de la salud, que cuentan con la permisividad de los gobiernos. Todo motivado por el afán de engrosar las arcas de hacienda.

Todos sabemos las consecuencias del tabaco. Se han tomado medidas y ciertas prohibiciones en el consumo de estas hojas, pero no se llega a controlar. Sería necesario la prohibición de venta al público, y una actitud educativa desde los colegios. El estado sabe perfectamente lo que recauda por la venta del tabaco y sabe lo que gasta en el tratamiento de las enfermedades ocasionadas por el mismo y que atacan principalmente al sistema circulatorio, respiratorio y cáncer. Estoy seguro que en el balance, los gastos superan a los ingresos.

Igualmente ocurre con el alcohol, cuyo consumo continuado provoca enfermedades que afectan al sistema circulatorio, cardiovascular y digestivo. En ciertos países de Europa, solo se puede consumir alcohol a partir de cierta hora de la noche, para preservar el consumo por parte de los jóvenes.

Tanto el tabaco como el alcohol provocan el círculo: Recaudo por su venta y pago por su consumo. Muchas bebidas alcohólicas, no tienen porqué tener tantos grados como las bebidas fuertes, tales como el ron, la ginebra, el vodka, coñac etc. Por lo tanto al igual que en las normas de circulación, no se puede sobrepasar los 120 Km por hora, se prohíbe la fabricación de bebidas por encima de cierto grado alcohólico. Pero como se permite, pues a pagar las patologías y las consecuencias de los accidentes de tráfico. Medidas existen pero no conviene aplicarlas.

Por el consumo de medicamentos, el estado no recauda, solo paga y como es lógico, procura que el gasto sea lo menor posible, pero ¿a costa de qué? De subvencionar los más baratos y no tiene en cuenta, que todo lo barato es caro. Los anuncios de medicamentos están autorizados, pero cualquier medicamento es susceptible de provocar una reacción adversa.

La permisividad en el uso de productos químicos por los agricultores, como herbicidas y fertilizantes, está ocasionando desde hace tiempo enfermedades, por inhalación, intoxicaciones, etc. y lo que pensamos y suponemos los profesionales de la salud y lo que es más grave: la posible influencia en la aparición de cáncer, por las altas concentraciones de estos productos en las tierras de cultivo, después de tantos años, y que son absorbidos por las raíces y se incorporan a la savia que va a alimentar al vegetal y que después ingerimos. Por otra parte las aguas subterráneas se contaminan, unas van a los pozos y otras a los ríos. Si a los frutales se les añaden estos productos por fumigación, son absorbidos por la piel llegando a la parte comestible.

Cualquier vegetal alimenticio, se puede cultivar con productos ecológicos, sin embargo no existe una cultura de la ecología. Existe el falso axioma por parte de los agricultores, que las cosechas disminuyen si se reconvierten al sistema ecológico. Este criterio es obligación del estado cambiarlo con la información. Los comercios de venta de productos químicos, lo único que tienen que hacer es cambiarlos por productos ecológicos .La naturaleza ha puesto a disposición del hombre, miles de plantas, todas con algún efecto beneficioso, tanto para consumirlas, como para otros usos. Las sustancias a las que llamamos drogas, son sustancias que tienen sus efectos beneficiosos, usadas racionalmente, para la fabricación de ciertos medicamentos, como analgésicos, antitusivos, etc. y que son derivados del opio por ejemplo. El Estado, soporta un gran coste en la persecución de los narcotraficantes. La guardia civil, en este caso en España, invierte un gran esfuerzo en el control y vigilancia. Pero realmente ¿se imponen las medidas necesarias para minimizar este problema? Cada país debería regularizar el cultivo de estas plantas, autorizando a agricultores para ello, y con una licencia para fines farmacéuticos, y al mismo tiempo se deben establecer fuertes redes de vigilancia que ya se, que existen al menos en España. Los expertos tienen la palabra. Y por último, y lo que colma el vaso, es permitir que se coloquen grandes carteles en las carreteras, anunciando casas de prostitución. El anunciante pagara por el cartel, pero los demás, pagamos el tratamiento de las posibles enfermedades de los usuarios. Estos, son solo algunos ejemplos.

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