Este jueves se inauguró “el sueño” de todos los protagonistas de la historia del Colegio de Abogados de Melilla, o antigua Asociación de Abogados y Procuradores, con la inauguración del nuevo edificio de estilo modernista a manos del ministro de Justicia, Rafael Catalá, y del presidente del Consejo de la Abogacía Española, Carlos Carnicer, quienes estuvieron acompañados por el decano del Ilustre Colegio de Abogados de Melilla (ICAM), Blas Jesús Imbroda, así como múltiples autoridades del ámbito universitario, militar y de la Ciudad, e incluso de otros Colegios de diversas partes del Estado. "Hoy vamos a vivir una página muy importante de la historia del Colegio de Abogados", así fue como el decano del Ilustre Colegio de Abogados de Melilla (ICAM), Blas Jesús Imbroda, mostró su satisfacción con la inauguración de la nueva sede sita en la calle Querol que ya es una realidad para la abogacía melillense. El letrado recordó a todos los abogados y procuradores fundadores de Melilla que "han soñado con tener un edificio propio" desde 1914, año en el que "a pesar de que era muy difícil organizarse" se creó la Sociedad de Abogados y Procuradores de los tribunales de Melilla.
Posteriormente, en septiembre de 1932 se fundó definitivamente como Colegio de Abogados, a manos del primer decano y presidente de la antigua asociación, José María Paniagua, con el que han bautizado la sala principal del nuevo edificio del ICAM.
Imbroda, tras anunciar los agradecimientos a todas aquellas personas que han aportando su grano de arena para conseguir la nueva sede del ICAM, agradeció al Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), presidido por Carlos Carnicer sus trabajos con la Ley de Acceso, la posición pionera de la abogacía española en las tecnologías, así como "su lucha porque no hubiera tasas judiciales", agradeció el letrado quien a su vez aplaudió que "afortunadamente" el nuevo titular de Justicia, Rafael Catalá,– a quien calificó de "excelente ministro"–, aceptara la retirada de las tasas y modificara la ley.
Asimismo, el decano del ICAM insistió en las numerosas actividades que lleva a cabo el Colegio de Abogados, así como "la gran labor social" que realzan empezando con la implantación de una Facultad de Derecho en la Ciudad, como el trabajo que realizan con el turno de oficio para la asistencia jurídica gratuita con el fin de que "nadie se quede sin asistencia jurídica por falta de medios económicos".
A su vez, Imbroda aseguró que los abogados pretenden proteger "un derecho consagrado en todas las declaraciones a los Derechos Humanos que es el respeto a la dignidad de las personas y a luchar porque no se produzcan injusticias", de lo que lamentó "que cada vez ocurre con mayor frecuencia".
Por su parte, el presidente del Consejo General de la Abogacía, Carlos Carnicer, llevó a cabo una defensa a ultranza de la labor del sector, de la que entre otras destacó que ayudó a resolver los conflictos de intereses "sin sangre, ni violencia defendiendo cualquier regla universal".
En este sentido, defendió que "los abogados vivimos para nuestros clientes, los ciudadanos", aunque subrayó aquellos casos en el que el sector debe hacer más hincapié como son "aquellos de quienes están privados de su libertad", los presos de quienes señaló que como personas humanas y que están pagando su deuda social "tienen necesidades y familias como cualquier ser humano", así como los niños, los mayores y los inmigrantes, en especial en una ciudad fronteriza como lo es Melilla. También destacó "la labor de mediación tradicional que han llevado los abogados acercar las posiciones y evitar el conflicto".
Por su parte, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, quien apuntó sobre la nueva sede como "la expresión de un compromiso de los profesionales melillenses del derecho y de todos aquellos que trabajamos por la sociedad civil"; defendió la justicia como algo "mucho más que una mera administración, sino como una pieza del Estado de derecho en nuestro sistema de libertades y garantías".
De la misma manera, aludió a que es "muy simbólica" la presencia de los decanos de los Colegios de Abogados de diferentes territorios del Estado ya que "todos tenemos una cuota de responsabilidad" en la labor por mejorar la actividad judicial. A su vez, el titular de Justicia aseguró que Melilla es "una ciudad bien compleja con toda la riqueza que genera la complejidad y con toda la problemática que genera la complejidad", por ello consideró que la Ciudad "requiere ese plus de compromiso que hoy se comprueba con la inauguración del Colegio de Abogados para garantizar entre todos que funcione el sistema de nuestro Estado de derecho".
Catalá advirtió de que "como en toda frontera, no faltan situaciones muy difíciles de gestionar para los profesionales del derecho y de las Fuerzas de Seguridad del Estado". Por ello desde el Gobierno, el titular de Justicia hizo hincapié en su "compromiso para crear herramientas legislativas", a la vez que "mejorar las leyes para que no existan zonas de sombras sobre el recto proceder del mundo del derecho".
Asimismo, respondió a la alusión del decano del ICAM sobre las tasas judiciales sobre la que indicó su "compromiso a facilitar el funcionamiento de la justicia e intentar escuchar la demanda de la abogacía ya que no tenemos ninguna soberbia intelectual", así como en "el mantenimiento de los partidos judiciales, incremento de la justicia gratuita tanto en términos colectivos como en términos de capacidad económica y mejora de la capacidad tecnológica". Finalmente, el titular de Justicia agradeció la "vitalidad" de la labor de los abogados melillenses, así como su trabajo conjunto con otras instituciones que suponen "un ejemplo de colaboración".
