Si Julio Liarte de verdad pensara los ataques contra el Gobierno que transmite a todas horas, habría dejado el tweet colgado con todas las consecuencias. Pero en vez de eso decidió borrarlo inmediatamente cuando supo que le iban a denunciar, quedando muy a las claras que el portavoz de PPL es de los que tiran la piedra y esconden la mano Julio Liarte ha estado interpretando toda esta legislatura el papel de justiciero, mostrándose ante la opinión pública como un diputado ¿valiente? que ¿se parte la cara por los intereses de los melillenses? con una línea de oposición dura e incisiva. Pura fachada, como él mismo se ha encargado de desvelar una y otra vez en estos años por su extrema torpeza. La última, ayer mismo, cuando al saber que iba a ser denunciado por el Gobierno por el tweet en el que acusaba a sus miembros de "robar" dinero público con la obra de la rotonda en la Carretera del Aeropuerto, lo quitó inmediatamente. ¿Es que Liarte ya no piensa lo que escribió en Twitter, o en realidad tiene miedo de buscarse problemas por la estrategia de su partido de intentar crear una imagen de corrupción generalizada?
Si Julio Liarte de verdad pensara los ataques contra el Gobierno que transmite a todas horas, habría dejado el tweet colgado con todas las consecuencias. Pero en vez de eso decidió borrarlo inmediatamente, quedando muy a las claras que el portavoz de PPL es de los que tiran la piedra y esconden la mano. Es decir, el mismo estilo de algunos de sus compañeros de filas, que están involucrados en el caso Salander por presuntamente injuriar y calumniar escondidos tras pseudónimos contra los miembros del Gobierno y todos los que le rodean.
Ayer a Liarte se le volvió a caer nuevamente la careta con la que actúa e interpreta su papel de férreo diputado de la oposición, sembrando la sospecha sobre el Gobierno a base de denuncias en los juzgados y en el cutreplató de la ¿televisión? que opera desde la sede de PPL. Todo ello forma parte de la estrategia de este ¿partido político? al que tanto le gusta actuar desde la trastienda y que lleva en el ADN la sed de venganza, simplemente porque no acepta la realidad, y es que una abrumadora mayoría de los militantes del PP decidieron hace más de diez años de forma democrática que la UPM se integrara en su partido. Aquello también fue democracia aunque los pepelistos se nieguen a aceptarla y, en cambio, aludan al mismo argumento para que se les tenga en cuenta. Con esa forma de actuar tan sectaria es difícil que eso ocurra. De hecho, hasta sus propios compañeros de oposición, los socialistas, se avergüenzan de reconocer que tienen relación con PPL como hemos podido ver en estos últimos días.
Julio Liarte, el mismo que escribe tweets acusadores y después los elimina, aún no ha explicado a los melillenses por qué cargó indebidamente a las arcas municipales los casi 9.000 euros de sus clases particulares de inglés. Tampoco ha dicho qué es lo que le llevó a pedir un sueldo para sí mismo como su primera actuación como diputado. Aún estamos esperando a que explique por qué no reprobó públicamente al portal web con el que colaboraba por equiparar a las musulmanas melillenses con las ratas. Como también debería contar cómo es que no denunció lo que ahora sí denuncia mientras era director general en el Gobierno, ya que algunos de los hechos que se investigan se remontan a aquellos años. Sin embargo, el diputado justiciero que se abraza a su presidente condenado, enmudece para hablar de todo esto. Qué lástima que no haga lo mismo cada vez que le toca hablar en la Asamblea, donde provoca risas y bostezos a partes iguales a todo el mundo. Incluidos a sus propios compañeros de partido.
