Y mira por donde, al pasar por cierto lugar, me cuenta que el trabajador o guarda de ese sitio, se ha pasado el invierno aguantando mecha a la intemperie. Y lo curioso es que, allí, no hay donde refugiarse, haga frío, agua, viento o sol; para colmo de males tiene un deterioro físico en una mano o brazo, por lo que en su momento, mi amigo tuvo que ayudarle a cerrar el portalón, dado el viento que hacia.
Ahora bien, de cerrar el portalón por cierto mal tiempo, nada de nada, al menos que no fuera bajo su responsabilidad, el resultado es que tiene que aguantar haga la inclemencia que haga, con el fin de que el "vecindario" pueda ir al parque.
Yo, cuando pasamos por allí, bien creí que dado los aparatos, rampas y los colorines era por ser un parque de niños, de hecho pone Parque; pero como sigo siendo cuadriculado, intuí era de niños, y me pareció bien que un pequeño parque ahí, quedaba muy bien, más aún, teniendo casi enfrente la Residencia de Mayores. Pensé, que los abuelos podrían aprovechar algún momento para estar con los nietos cuando fuesen a verlos. Pero cuando mi amigo, que iba conduciendo, da la vuelta y me dice lee otra vez… ¡leche! ¡Pero si es un Parque Canino!…
Digo ¡Pues ya iba siendo hora que los canes tuvieran su rampas y juegos, cuando los sueltan a la calle! Que tener que aguantar a la familia en casa, debe de ser pesadísimo… ¿O no?
Después de reírnos de mi despiste lector, comentábamos de cómo era posible que, no tuviera el trabajador una cabina, aunque fuese de esas que la Telefónica retiro de las calles, y que eran cerradas y acristaladas; que seguro tienen algunas en almacén. A lo mejor es, para que no le pase al guarda lo que le pasó a José Luis López Vázquez en la película La Cabina, que se quedó encerrado y era como si no existiera. Vamos que, se llevaron la cabina con él dentro.
Luego viene la otra parte que, es la de tener la empresa concesionaria, el "cursillo" de Seguridad e Higiene en el Trabajo o el de Riesgos Laborales.
He de pedir perdón, porque bien es verdad que, se me olvidó el martirio chino de este invierno en el humano y no canino servidor, pues lo debía de haber comentado en esas fechas, aunque tampoco quise lucir a la empresa no fuera que pusieran al trabajador de patitas en la calle, no habiendo habido por parte de éste ni siquiera un comentario. Lo que ocurre es que, mi amigo, es un humanista de verdad, y de la legalidad, más aún, por lo que estaba indignado de verle en esas condiciones.
Sea pues esto, para las pequeñas empresas del aluminio, oportunidad de crear con imaginación y oferta a la Ciudad Autónoma, una patente melillense de cabina sin teléfono y cristal reforzado contra las bestias de dos patas que lo apedrean todo. Y que (la cabina) sirva de refugio y a la vez de vigilancia total.
En fin, es una idea, legal y empresarial que puede tenerse en cuenta.
Una pregunta ¿Dónde está el sindicalista de turno?… ¿Puede ser que, por el tiempo pasado ya hayan solucionado el cobijo?…
