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El horario del barco

La oposición no ha dejado pasar la oportunidad de utilizar políticamente el tema del contrato marítimo a sólo dos meses de las elecciones. Sin embargo, su crítica carece de la reflexión que merece este asunto de los horarios, que es bastante complejo si se tienen en cuenta varios factores. El primero de ellos, la incompatibilidad de dar un salto de calidad en el transporte marítimo con el deseo de navegar toda la noche para amanecer en Málaga Los últimos días han estado marcados por el debate sobre la propuesta de horarios que ha puesto sobre la mesa la compañía adjudicataria, Trasmediterránea, que se basa a su vez en lo que establecía el pliego de condiciones: travesías diurnas para ir a Málaga, y nocturnas a Almería. Esto supone un giro radical al modelo que hemos tenido toda la vida, y como todo cambio drástico, a muchos les está costando digerirlo, especialmente aquellos que cogen el barco para ir al médico o de compras a la península, o los que se van de escapada o vacaciones con la intención de apurar al máximo el tiempo, saliendo de noche de África para amanecer en Europa.

Este debate ya salió hace casi dos años, cuando se publicó el primer pliego de condiciones con horarios diurnos para Málaga y nocturnos para Almería. El Gobierno se vio obligado a cambiar la planificación estableciendo horarios flexibles y navegación nocturna en la temporada de invierno por las numerosas quejas que suscitó. Por eso no se comprende que ahora, una vez que ya se había encontrado la solución que dejaba a todos más o menos contentos, volvamos a la propuesta original en este tercer pliego poniendo en bandeja a sus rivales políticos un tema que genera descontento social.

La oposición, claro, no ha dejado pasar la oportunidad de utilizar políticamente este tema a sólo dos meses de las elecciones. Sin embargo, su crítica carece de la reflexión que merece este asunto de los horarios, que es bastante complejo si se tienen en cuenta varios factores. El primero de ellos, la incompatibilidad de dar un salto de calidad en el transporte marítimo con el deseo de navegar toda la noche para amanecer en Málaga.

Este contrato marítimo supondrá para esta ciudad la llegada de barcos más nuevos, grandes y modernos, con mejores prestaciones y servicios que los que tenemos ahora cubriendo las líneas de Málaga y Almería, declaradas como interés público. Barcos que nos permiten dar un salto de calidad en cuanto a la comodidad a la hora de viajar, pero también en la rapidez, porque la velocidad mínima exigible pasa de los 16 nudos del contrato vigente, a los 22 nudos del contrato recién adjudicado. Pero llegar en algo más de cinco horas a Málaga rompe los esquemas del horario actual de salir a medianoche si no queremos llegar a nuestro destino en plena madrugada.

Por eso en el contrato marítimo se ha apostado por dar un cambio radical en los horarios, algo que no ha gustado a parte de la población y que la oposición está aprovechando muy bien sin tener en cuenta el segundo factor al que aludíamos antes: el barco rápido que hemos tenido en los últimos años, con la misma duración de travesía, nos llevaba a la península de día. Y la línea de Motril, que es actualmente la que más pasajeros transporta y por la que el resto de partidos también se han puesto en pie de guerra, tiene exactamente los mismos horarios que se proponen para la línea de Málaga en el nuevo contrato. ¿No es incoherente criticar lo mismo que se está defendiendo y que tanta aceptación está teniendo? Eso es lo que está pasando ahora con los horarios del barco, una papeleta que compañía y administraciones deberán resolver buscando el agrado de la amplia mayoría y cuya solución, probablemente, esté en el sistema mixto que se pensó hace dos años.

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