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Carta del Editor

Treinta años de MELILLA HOY. Ganaremos y sobreviviremos

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“No se puede conmemorar como quisiéramos nuestro trigésimo aniversario porque, dado que ese cliente que ocupa casi todo en nuestra ciudad, la llamada Ciudad Autónoma, atosigada por denuncias mil, no paga, y el dinero que tenemos y ponemos lo tenemos que dedicar a sobrevivir. A todos -personal, colaboradores, anunciantes- y a la inmensa mayoría de los melillenses, que nos leen diariamente desde hace tantos años, les transmito, una vez más, nuestro agradecimiento y que mantenemos y mantendremos la voluntad de no rendirnos, de continuar luchando para que Melilla pueda mejorar y los melillenses puedan ver el presente y el futuro mejor de lo que hoy lo ven. Y por supuesto que sobreviviremos y que ganaremos esta batalla, como hemos hecho con tantas otras a lo largo de nuestros treinta años de vida.”

Pluto es una comedia de Aristófanes que se está representando ahora en España. Pluto es un dios griego, el dios de la riqueza, al que Zeus, el jefe de todos los dioses, le dejó ciego a propósito para que, como la Justicia, también ciega, no pudiera ver cómo se repartía la riqueza, evitando así los subjetivismos que, como proponía el filósofo griego, Aristófanes, y en su nombre uno de los protagonistas de la comedia, Cremilo, consiguió que a Pluto se le devolviera la vista para que se repartiera la riqueza en función de la virtud de las personas. Devuelta la vista a Pluto, se organizó un monumental desorden y hasta la diosa Pobreza arguyó que así casi nadie trabajaba y no había ni alimentos, ni ofrendas a los dioses, ni nada. Todo el mundo vivía peor que antes, e incluso Hermes, el dios del comercio, se tuvo que colocar de sirviente de Cremilo. El resultado fue un desastre absoluto.

El resultado de un reparto de la riqueza entre todos es, como decía Churchill y la experiencia demuestra con obstinada insistencia, que todos se empobrecen. El socialismo, decía el político británico, intenta eliminar la riqueza, nosotros intentamos eliminar la pobreza. Lo sustancial del socialismo, el comunismo, los Podemos de turno, etc, es que todo ha de ser público, nada privado. Así, dicen, se repartiría mejor la riqueza. Así lo que sucede, y repito que la experiencia es tozuda en la demostración, es que aumenta la pobreza de todos…excepto la de los que dominan y mandan. Melilla está cayendo en esa catastrófica situación de que casi todo es público y que la ciudad se parece más a un país comunista que a una democracia liberal.

Me encuentro en el aeropuerto de Melilla, camino a Madrid, a un joven, valioso e inteligente amigo, melillense, que lleva mucho tiempo preparándose y dispuesto a hacer una gran inversión de dinero y tiempo en nuestra ciudad. Está absolutamente desesperado por las trabas administrativas, por la lentitud de la administración, por la situación de Melilla, donde "todo es público, todo es subvención, todo son pegas para crear algo, todo es un problema". No volveré ni tan siquiera a intentar hacer algo en mi ciudad, porque Melilla, así, no tiene futuro ni para mí, ni para mis hijos, concluye mi amigo.

Me reúno con un empresario/alto ejecutivo local, empecinado en crear puestos de trabajo en Melilla. La Ciudad Autónoma, como a casi todos, por no decir todos, le paga tarde, mal y a veces nunca. La paralización que constata en la administración es casi total. Así no se puede seguir, es su conclusión final.

Me reúno con mi gente de MELILLA HOY. El periódico cumplirá el próximo día 21 de abril treinta años, que es mucho tiempo y que es algo que tiene mucho mérito. Recordamos cómo nació y las impresionantes dificultades que en nuestra ciudad encontramos para nacer, primero, para sobrevivir, después, para crecer, más tarde, para soportar la competencia creada no por razones de mercado y de competencia lícita, sino por razones político partidistas, por el inocultable e inocultado interés de terminar con nuestra vida periodística, en la que no podían mandar. Eso también lo soportamos y lo seguimos superando. Como soportamos boicots de todo tipo desde la administración, ataques de toda índole de diferentes partidos de signo totalitario de izquierdas y de derechas. Ahora le ha tocado al PPL de Cabanillas -cada día más rico-, Velázquez -cada vez peor y más degradado- y el tonto cum laude, necio político hasta la náusea que es Liarte. Como seguimos soportando la huelga encubierta empresarial de algunos funcionarios y empleados públicos que concluyen en no pagar lo que desde hace tantos meses nos deben. O de otros funcionarios o empleados públicos que nos persiguen desde la policía judicial de la Guardia Civil, desde Hacienda, desde la Inspección de Trabajo,…. Por tierra, mar y aire y con todo. No nos asusta. Ya lo hemos pasado y superado otras veces.

Pero lo que sí siento, con profunda tristeza, es no poder atender a lo que tantos melillenses me han pedido durante las últimas semanas: dar una gran fiesta conmemorativa con nuestros anunciantes, colaboradores y todos los que, día a día, hacen y mantienen vivo, muy vivo, este periódico que algunos, los torpes, los envidiosos, los antidemócratas, los corruptos, quisieran ver muerto. No se puede conmemorar como quisiéramos nuestro trigésimo aniversario porque, dado que ese cliente que ocupa casi todo en nuestra ciudad, la llamada Ciudad Autónoma, atosigada por denuncias mil, no paga, y el dinero que tenemos y ponemos lo tenemos que dedicar a sobrevivir. A todos -personal, colaboradores, anunciantes- y a la inmensa mayoría de los melillenses, que nos leen diariamente desde hace tantos años, les transmito, una vez más, nuestro agradecimiento y que mantenemos y mantendremos la voluntad de no rendirnos, de continuar luchando para que Melilla pueda mejorar y los melillenses puedan ver el presente y el futuro mejor de lo que hoy lo ven. Y por supuesto que sobreviviremos y que ganaremos esta batalla, como hemos hecho con tantas otras a lo largo de nuestros treinta años de vida.

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