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BALONCESTO - ADECCO ORO

Octava participación del Melilla Baloncesto en los play off de ascenso

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Los play off son gran parte de la esencia del deporte de la canasta, y en los que la pasión y la emoción se multiplican. El representante melillense afronta este próximo viernes su octava participación en las eliminatorias por el ascenso a la Liga Endesa, y lo hará enfrentándose a un conjunto orensano que certificó este pasado viernes su segundo puesto en la competición regular. Con mucho sufrimiento y hasta el último encuentro tuvo que esperar el Melilla Baloncesto para conseguir su billete para los play off, unas eliminatorias por el ascenso que volverá a disputar tres temporadas después de su última presencia y con un descenso de por medio. Dos finales de ascenso, series vibrantes ante el Breogán Lugo o la debacle frente al Menorca Bàsquet, en el año 2000, han marcado la historia de el decano en los play off.

Cronológicamente, su primera participación data de septiembre de 1996 cuando daba sus primeros pasos la Adecco Oro con el equipo melillense como integrante de dicha competición. El conjunto entrenado por Pepe Rodríguez acabaría la liga en sexta posición, con un balance de 16 victorias y 10 derrotas, lo que le daba derecho a tomar parte, por primera vez, en los play off de ascenso a la ACB. De este modo, en octavos de final se cruzaba con el Patronato Bilbao al que derrotaba por la vía rápida (3-0), mientras que cuartos esperaba el Breogán Lugo con el que el Melilla Baloncesto disputó una vibrante serie, que acabarían llevándose los gallegos por 3-1 y en el que dos de los cuatro partidos se decidieron por una sola canasta.

En 1998, y tras una temporada un tanto irregular, los azulones lograban jugar de nuevo, por segunda campaña consecutiva, los play off, aunque no pasarían de la primera ronda. Brooks y su Askatuak eliminaron a los melillenses por un 3-1, en una serie en la que el decano llegó a recuperar el factor cancha, tras imponerse en el segundo choque, disputado en San Sebastián, por 79-84, pero no pudo superar a un excelso Quinton Brooks, que promedió más de 20 puntos por encuentro en la eliminatoria.

Otra vez, en 1999, Breogán. Posiblemente, será el play off que con más cariño recuerde la afición melillense. Pepe Rodríguez se hacía esa temporada otra vez con las riendas del equipo, con jugadores históricos en la plantilla como Cedric Moore, Ron Rutland, Panadero o Silva, quienes conquistaban la primera Copa Príncipe para el Club. Tras concluir la fase regular en segunda posición y deshacerse en cuartos de final de Los Barrios (3-1), los de la ciudad autónoma se volvían a ver las caras con el Breogán Lugo.

Los lucenses nuevamente apearían a los melillenses, en una eliminatoria que siempre será recordada por el codazo propiciado por Kenny Green a Lluis Martínez que los colegiados no penalizaron, a falta de dos segundos para el final del cuarto encuentro y con el marcador empatado a 77 puntos.

Dos temporadas después de su última aparición, el Melilla Baloncesto regresaba a los play off con José María Izquierdo de entrenador. Con un equipo sin grandes estrellas, el decano se enfrentaría en cuartos de final al todopoderoso Club Ourense Baloncesto, que contaba con jugadores como Sony Vázquez, Juanjo Bernabé o Federico Kammerichs, entre otros, y solamente había perdido cinco partidos en la fase regular. A punto estuvieron de dar la campanada los de Izquierdo, que llevaron contra las cuerdas a los orensanos forzando el quinto partido pero en el que la mayor profundidad de banquillo fue suficiente para doblegar a un fatigado decano.

Siete años tardaría el Melilla Baloncesto en volver a jugar un play off de ascenso, colándose en la primera final de su historia y no siendo el camino nada sencillo. En cuartos, y a pesar de vencer 2-0 al Baloncesto León, los de Paco Olmos sufrieron para doblegar a los leoneses en el segundo duelo y en el que tuvieron que esperar a la prórroga y al fallo de Gilbert Arenas, que de haber entrando hubiese forzado el tercer y definitivo partido.

La victoria clasificó al equipo para la Final A4 que se disputó en Fuenlabrada. En semifinales, el Melilla Baloncesto derrotaba al Tenerife Baloncesto por 91-87, en un gran partido de Cuthbert Víctor y en el que sólo los triples de Francis Sánchez hicieron dudar en algún momento de la victoria. La final también quedará en el recuerdo de la afición melillense, ya que a falta de tan sólo 40 segundos un triple de Héctor García situaba al decano a dos puntos, 66-68, pero otro lanzamiento de tres puntos convertido por Kyle Hill, a 18 segundos, dio al traste con cualquier opción de victoria.

En 2010, el Melilla Baloncesto volvía a la carga una temporada después de disputar su primera final de ascenso. La fase regular fue casi impecable, luchando hasta el último partido con el CAI Zaragoza por el ascenso directo y logrando la tercera Copa Príncipe para las vitrinas de la entidad. En primera ronda, los de Gonzalo García de Vitoria tuvieron que esperar al quinto encuentro de la serie para doblegar a un combativo Girona F.C. En semifinales esperaba el Ford Burgos y, a pesar de ganar el primer encuentro en el ‘Javier Imbroda’, la dureza y el juego físico pudo con los azulones en el segundo partido disputado también en Melilla. Los burgaleses se llevaban la serie a ‘El Plantío’, donde no desaprovecharon la oportunidad y eliminaron al decano, 1-3.

La campaña 2011-2012 ha sido la última con presencia melillense en unos play off de ascenso. Temporada complicada la que vivió el equipo con varias lesiones, algunas de gravedad como la de Álvaro Frutos, o la marcha de su jugador estrella, Troy DeVries, a la Liga Endesa. Aún así, los de Gonzalo García supieron reponerse y clasificarse para la postemporada con el factor cancha a su favor, algo que se antojaría clave en las dos primeras rondas.

Y es que los melillenses tuvieron que llegar hasta el quinto encuentro, tanto ante el Lleida en cuartos como frente al Cáceres en semifinales, para colarse en la segunda final de ascenso de su historia contra el Menorca Bàsquet. Por el camino, la desgracia seguía atizando al decano que veía como en cuartos perdía una nueva pieza con la lesión de McKeither.

La final tuvo poca historia y los menorquines acabaron imponiéndose por 3-1, gracias a su mayor fondo de armario ante un Melilla Baloncesto en la reserva, que si bien siempre dio la cara y llegó incluso a ganar el tercer partido. El cuarto será siempre recordado por el minuto final del partido, en el que todos los aficionados, en el Pabellón Javier Imbroda, se levantaron para dar un fuerte aplauso a unos jugadores que lo habían dado todo sobre la pista.

Este viernes, el Melilla Baloncesto inicia en Ourense su octava participación en unas eliminatorias por el ascenso, escribiendo una nueva página en su particular historia en los play off.

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Carlos R.Busto

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