Este fin de semana comenzó la fiesta que cada año cita en Madrid a los aficionados y a los que no lo son, con ese mundo mágico de la raqueta que tantas emociones y gozo suscita en jugadores, público, periodistas deportivos, empleados de la Caja Mágica… El Mutua Madrid Open habita ya entre nosotros con los ingredientes que se necesitan. La Caja Mágica remozada, esplendorosa, el tiempo acompaña, más bien calor, cielo entoldado, sin llover y sin el enemigo del tenis que es el viento, de momento. Parece que estuviéramos describiendo el parte meteorológico de una corrida de toros en las Ventas en la inminente Feria de San Isidro de Madrid, pero es que en este sentido ambos acontecimientos necesitan del buen tiempo para brillar. Pero sobre todo en la Caja Mágica está el público. A pesar de los tres días festivos seguidos que hemos disfrutado (con la fiesta de la Comunidad del sábado) en Madrid ha habido una afluencia de público a estas instalaciones enorme, como otros años, lo cual quiere decir que la afición a este deporte no decae, a pesar de que Rafa Nadal «ya no gana siempre…», incluso se puede decir que las perspectivas para este torneo (defiende título) no son buenas.
Ha habido rueda de prensa para presentar la parte masculina del cuadro con Nadal, Berdych, Wawrinka, Ferrer…La mayoría de las preguntas para Nadal, las de siempre, en algunos casos el mallorquín responde con monosílabos. Está preocupado, es lógico que lo esté porque aún no estando Djokovic, no es el favorito, ni mucho menos. A pesar de jugarse en tierra están por delante de él en las apuestas el mismo Federer -que el pasado domingo jugaba la final del torneo de Estambul-, Murray, Wawrinka y quizás Nishikori, que el año pasado si no se llega a lesionar podría haber apartado al manacorí del título, incluso el checo Berdych.
No obstante, el mallorquín tiene el voto de confianza de mucha gente porque se tiene ganado el status de que «Nadal es Nadal».
