El motivo por el que cerca de medio centenar de amigos fuimos en la noche del pasado viernes al Club Marítimo no era otro que la celebración del cumpleaños de Carlos Baeza y nos encontramos, desde su mujer Else Kraemer, hasta el resto del grupo, con la sorpresa de que con la complicidad de su hermana Victoria y Mara Ginel y Pepe Torreblanca, sus testigos, Carlos había organizado una segunda boda con motivo del aniversario de plata del matrimonio. El lugar, el espigón del club donde estaba estudiado hasta el último detalle para que la noche resultara completamente especial. Una especie de altar al aire libre rodeado de velas al que se llegaba por un camino señalizado con antorchas, fue el marco de la ceremonia a cargo de Cristina Rivas. La primera de estas características en la historia de la longeva sociedad. Al borde del mar y a los sones de “La Misión” de Ennio Morriconne interpretada por Paloma García, al chello y José Manuel Bou, al oboe. Después, gran fiestorro y una nueva sorpresa, un retrato de Else, a lápiz sobre papel, que fue pintando en su casa, a ratos y a escondidas, desde el pasado enero, sin que ella se enterara. En definitiva, una noche mágica que todos coincidieron en calificar como, “las cosas de Carlos”.
