Había ayer mucha expectación en la primera planta de las Torres V Centenario, por si el escrutinio definitivo que debe hacer siempre la Junta Electoral de Zona (JEZ) tres días después de la celebración de cada cita con las urnas podía alterar de algún modo el reparto de escaños que se derivó del 24-M en Melilla. Después de casi seis horas entre el recuento del voto emigrante y el repaso de las actas de las 78 mesas electorales, los escaños de la Asamblea mantienen su distribución: 12 para el PP, 7 para Coalición por Melilla (CPM), 3 para PSOE, 2 para Ciudadanos (C's) y uno para Populares en Libertad (PPL). La única alteración que ayer se dio en el escrutinio vino de la mano del Censo de Españoles Residentes Ausentes (CERA), correspondiente al voto de los melillenses que viven en el extranjero, aunque llegaron tan pocos procedentes de otros países, que la diferencia fue mínima y solo sirvió para que el PP se distanciara en 13 votos del segundo partido, CPM.
Así, el escrutinio definitivo arroja un total de 32.357 votos emitidos, de los cuales 399 son nulos, 314 en blanco, 13.672 para el PP, 8.450 para CPM, 4.028 para el PSOE, 2.161 para C's, 1.734 para PPL, 835 para Podemos, 353 para UPyD, 251 para IU, y 196 para Equo.
Supervisión de las 78 mesas
Tras el escrutinio del CERA, la JEZ llevó a cabo el escrutinio definitivo, con un repaso de las actas de las 78 mesas electorales que se constituyeron el pasado domingo. Y a pesar de que la mayoría de las mesas registraron incidencias por las impugnaciones de CPM, PSOE, Populares en Libertad (PPL) y Podemos en el voto por correo y la diferente tonalidad de color sepia de numerosas papeletas, lo cierto es que la JEZ no varió ni una sola de las decisiones que ya habían adoptado las mesas, muchas previa llamada a la JEZ en la noche electoral.
La Junta Electoral no entró a valorar ayer estas cuestiones, sino que se limitó a supervisar que los sobres de cada mesa electoral contuviera toda la documentación y a leer en voz alta las actas de escrutinio para hacer un repaso del reparto de votos en cada una de las 78 mesas.
Por eso cuando algunos de los muchos representantes de los partidos que allí estaban empezaron a hacer observaciones debido a la tensión y expectación electoral, el presidente de la JEZ, Álvaro Salvador Prieto, cortó por lo sano en los primeros minutos de la sesión advirtiendo de que no podían interrumpir, sino solamente hacer observaciones si los miembros de la JEZ cometían algún fallo en la lectura o en el cálculo. Y también les dijo que se les iba a dar de plazo 24 horas para que presentaran las reclamaciones o impugnaciones que consideraran oportunas.
Esta indicación del presidente de la JEZ no es arbitraria, sino que aparece reflejada en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), concretamente en el artículo 106 (“A medida que se vayan examinando las actas los representantes o apoderados de las candidaturas no pueden presentar reclamación ni protesta alguna, excepto aquellas observaciones puntuales que se refieran a la exactitud de los datos leídos”).
En ese mismo artículo, además, se indica que “durante el escrutinio, la Junta no puede anular ningún acta ni voto”, ya que “sus atribuciones se limitan a verificar sin discusión alguna el recuento y la suma de los votos admitidos en las correspondientes mesas”. De ahí que la JEZ únicamente leyera en voz alta las actas sin variar ningún voto, algo que sí podrían hacer si los partidos presentan reclamaciones y son estimadas.
La Junta Electoral tendrá que resolver por escrito sobre las reclamaciones en el plazo de un día y su resolución podrá ser recurrida por los representantes y apoderados generales de las candidaturas ante la Junta Electoral Central que, previa audiencia de las partes por plazo no superior a dos días, resolverá el recurso dentro del día siguiente. De todo ello dará traslado a la JEZ para que efectúe la proclamación de electos.
Muchas incidencias
Había mucha expectación ayer en la sala de vistas de la primera planta donde se desarrolló el escrutinio definitivo. Los representantes de PP, CPM, PSOE, Equo y PPL estaban allí presentes comprobando sin perder detalle de cada una de las 78 actas. Prácticamente todas reflejaban incidencias, y casi siempre las mismas, motivadas por la impugnación del voto por correo y los sobres y papeletas de una tonalidad de sepia más clara que la de las papeletas y sobres que había en los colegios electorales.
Estas papeletas y sobres correspondían al PP debido a la empresa que se las ha confeccionado para el reparto de la propaganda electoral durante la campaña. PSOE, CPM y PPL fueron los que impugnaron estos votos en casi todas las mesas, y casi siempre utilizando la misma frase, que fue repetida en cada acta que se iba leyendo, hasta el punto de que el presidente de la JEZ hizo alguna broma al respecto. Básicamente, los tres partidos coincidían en que al ser de distinto color que las otras papeletas, no se garantizaba el voto secreto. Sin embargo, la normativa electoral, tal y como publicó el BOE en marzo de 2011, especifica que el color sepia puede ser en cualquier tonalidad, y por eso la JEZ dio luz verde a esos votos el mismo domingo, cuando muchas mesas llamaron con esta duda.
