La intervención de la Policía y del juzgado de guardia evitó el miércoles por la noche que una ambulancia del 061 dejara en la calle a un hombre fallecido al que había intentado reanimar sin éxito después de sufrir un fallo cardiaco en la vía pública. Según han informado a MELILLA HOY fuentes policiales, el personal de la ambulancia se negó a trasladar el cuerpo hasta el Hospital Comarcal y en su lugar llamó a la Policía para que se hiciera cargo del fallecido, mostrando su intención de sacarlo del vehículo sanitario para dejarlo en la acera, donde lo había encontrado, o bien introducirlo en su domicilio, en el Tesorillo. Los hechos ocurrieron poco antes de las 22.30 horas del pasado miércoles en la calle Fernández Cuevas, cuando un hombre de 79 años sufrió un infarto en la vía pública y una ambulancia se trasladó hasta el lugar para atenderlo. Tras intentar reanimarlo, primero en la acera y después dentro de la ambulancia, el hombre finalmente falleció y el personal médico optó por llamar a la Policía para que se hiciera cargo del cadáver, evitando así certificar la causa de la muerte, sino solo el hecho del fallecimiento de forma genérica.
La Policía ordenó al personal médico que no sacara al fallecido de la ambulancia y que ésta quedara inmovilizada hasta que no se pusieran los hechos en conocimiento del juez de guardia. En conversación telefónica, el juez pidió a los agentes que transmitieran al personal médico que la ambulancia “se considera legalmente como un establecimiento hospitalario”, por lo que al tratarse “a todas luces” de una muerte natural, debían trasladar el cuerpo hasta el Hospital Comarcal.
Todo ello con el objeto de certificar las causas de la muerte, una vez consultado el historial médico del fallecido, empleando para ello sus competencias para hacer una autopsia hospitalaria, “salvo que se observe alguna circunstancia que dé lugar a la actuación judicial”, como indicios de que pudiera tratarse de una muerte violenta o que pudiera ser el resultado de la presunta comisión de algún delito.
El juez dictaminó que si la ambulancia seguía negándose al traslado del cuerpo al hospital, se trasladaría hasta el lugar una comisión judicial para realizar el levantamiento del cadáver, pero al día siguiente todos los miembros de la ambulancia deberían acudir al juzgado para prestar declaración.
Las condiciones que estableció el juez de guardia hicieron que el personal de la ambulancia llamara a su coordinador, el cual ordenó que se trasladara finalmente el cuerpo hasta el Hospital Comarcal.
Los vecinos, que fueron testigos de lo ocurrido, no salían de su asombro ante esta situación, que se prolongó durante más de media hora, y que provocó el enfado de todos. Los propios vecinos pudieron localizar posteriormente a un familiar del fallecido, residente en Marruecos, que dijo que se desplazaría a Melilla para hacerse cargo de los trámites.
Tras consultar al Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) sobre este caso, el organismo se limitó a explicar a MELILLA HOY que el personal de la ambulancia cumplió el protocolo establecido.
Algo habitual en Melilla
Fuentes judiciales informaron a este Periódico de que lo ocurrido el miércoles no es una excepción, sino algo habitual en Melilla en el caso de las muertes naturales ocurridas fuera de un centro sanitario, para evitar certificar las causas de la muerte, como le corresponde legalmente. En lugar, lo más frecuente es intentar que este trámite lo haga un médico forense, dependiente del Ministerio de Justicia, que solo puede intervenir por orden del juez de guardia en los casos de muerte violenta o de sospechosa criminalidad.
Las mismas fuentes informaron de que en otros muchos sitios, los servicios de ambulancia son los que certifican las causas de las muertes, y solo en el caso de que sospechen que ha podido producirse la comisión de un delito, se judicializa el caso para su investigación.
