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Gregorio Castillo afirma que en Melilla es donde debe cumplirse el mandato de “amaos los unos a los otros”

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La parroquia de Santa María Micaela fue escenario ayer de la proclamación del Pregón del Rocío 2015 a cargo del hermano mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima del Rocío, Gregorio Castillo, que dejó de manifiesto, además de su amor mariano, que el rociero verdadero no es el que más lo proclama, sino el que sigue el ejemplo de la Virgen María de humildad y justicia. Afirmó además que "no puede permanecer impasible ante los problemas, la pobreza, las dificultades, los padecimientos del prójimo" en especial en una ciudad como Melilla, ejemplo de convivencia donde debe encontrar hueco el mandamiento de Jesús de "amaos los unos a los otros". Tras una oración inicial pidiendo la protección de la Blanca Paloma y los agradecimientos a su junta de gobierno y a la pregonera del pasado año, la presentadora de TVM Mª José Ramírez, Gregorio Castillo manifestó que cuando le comunicaron que tendría que asumir esta difícil misión, la de ser pregonero de la Blanca Paloma, se sintió superado pero que tras una larga meditación, aceptó. Desde ese momento tuvo claro que el suyo sería un pregón en el que pondría negro sobre blanco el refrán que afirma que "habla la boca de lo que reboza el corazón", y en su caso, el suyo "está pleno de amor por María Santísima del Rocío". Pero aún así, las dudas y el miedo de no estar a la altura fue una constante, pero entonces pensaba en ella, la Novia de Melilla y se abandonaba en manos de ella y de El Cautivo, "como lo hago siempre en los momentos decisivos de mi vida". Gregorio Castillo dijo convertirse ayer en portavoz de "vuestros ruegos y alabanzas a la Virgen y convertir mi pregón en vuestra oración".

Pasado y futuro
Recordó cómo en 1980, con ocasión de la Romería del Rocío organizada por el entonces concejal de Festejos, el desaparecido Pepe Imbroda, prendió la llama que fructificaría en el renacimiento de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocío. Entre los refundadores "tuve la dicha de encontrarme y fue entonces cuando se intensificó en mí la devoción a la Virgen del Rocío". Desde entonces aprendieron que ser "rociero" conlleva "una gran responsabilidad y compromiso", porque "no basta colocarte la medalla, gritar viva la Virgen del Rocío, ser rociero es sobre todo cumplir con el legado de María Santísima: De humildad para enseñarnos a ser fuertes; de silencio para oír a Dios; de obediencia para amar; de discreción para ser justos".

Dejó de manifiesto que "la vida es una Romería, es un peregrinar hacia Dios, es un Camino que el hombre ha emprendido para buscar sin cesar nuevos horizontes, caminos no solo geográficos sino también espirituales; pero siempre unidos, en ósmosis fructífera de cultura, de convivencia social, de fraternización humana; camino que recorrer junto a nuestra Madre Celestial en búsqueda de la felicidad eterna". Y en compañía de Ella, la Virgen del Rocío, "afrontamos el tiempo de Pascua y Pentecostés con alegría, que es expresión de júbilo por la llegada del Espíritu Santo".

Afirmó que éstos son "días de fiesta y de jolgorio, pero también de recuerdos, porque nuestro corazón rociero sabe poner en su sitio a los que se fueron o a los que no están". "Estas lágrimas no pueden ser de tristeza sino de alegría, porque ellos amaron a la Virgen y nos lo enseñaron a nosotros, porque si la Romería del Rocío de Melilla hoy existe, es gracias a todos los esfuerzos de los que nos han precedido, que supieron transmitirnos la pasión por nuestra Virgen y por nuestra Romería, y es en estos días cuando nos sentimos convencidos de que se encuentran a la vera de María Santísima", afirmó.

Señaló que con los años han quedado atrás aquellas multitudinarias Romerías de fin de semana que comenzaban después de la Misa de Romeros del sábado con el camino hacia los Pinares de Rostrogordo donde se pernoctaba y se celebraba la fiesta, que continuaba hasta el día siguiente por la tarde. Atrás han quedado las paradas obligatorias en "La Vela" y la "Peña Colón", las actuaciones musicales en los pinares, los fuegos de campamento o el rosario de la aurora en Rostrogordo. Pero aunque las circunstancias han cambiado, "lo importante, lo esencial permanece: María Santísima del Rocío sigue estando en tu corazón".

Romería
"Os invito a que vengáis a verla, y encontréis un momento en el que en silencio, desde vuestro interior, podáis comunicar y hablar con Ella y veréis como aprendéis a amarla", afirmó. Afirmó que por eso "Melilla sigue teniendo su Romería, la Romería de su Novia, la Romería de la Virgen María Santísima del Rocío". Señaló que el romero de verdad ya no puede conciliar el sueño, pues su mente está ocupada por la Romería y junto a su lecho aguarda el traje corto y el sombrero para iniciar el camino en este domingo de Pentecostés, un domingo que se inicia apenas ha clareado el día con el rosario de la aurora alrededor del Simpecado de la Virgen del Rocío para, minutos después, iniciar el camino con carretas, coches y furgonetas hacia los Pinares.

Como testigo de la salida de la Romería, "los barrios y sus gentes, los mismos que arropan, miman y acompañan a la Virgen y a Su Hijo durante todos los días del año, pues estos barrios sienten suyos a nuestros Sagrados Titulares y por ende a la Cofradía". El camino está lleno de alegría, música, palmas y cantes, además de paradas por lugares tan emblemáticos como el Parque Hernández, el lugar que el Domingo de Ramos recibe a Jesús triunfante y ahora saluda a María Santísima del Rocío "acompañada de sus hijos, quienes gozosos, hermanados, hacen partícipes de la fiesta a cuantos curiosos se agolpan en las aceras, invitándoles y ofreciéndoles cuanto comparten".

Y cuando por fin el Simpecado entra en el Fuerte de Rostrogordo, al son del tamboril, "es Melilla, en familia, todos reunidos en torno a nuestra Virgen del Rocío quien se dispone a bailar, cantar, beber, comer, reír, lo propio de miembros de una misma familia en fiesta en torno a su Madre".

Al atardecer llega la hora de recoger y preparar el camino de vuelta, y a penas cruzan las puertas del Fuerte de Rostrogordo "ante nosotros aparece el paisaje de nuestra querida Melilla, nuestra tierra, nuestra gente, bendito lugar donde nos ha puesto Dios para que llevados de la mano de su Santísima Madre, la Virgen del Rocío, cumplamos el mandato de Jesús, Su Hijo, 'Amaos los unos a los otros, como yo os he amado'. Misión importantísima, fundamental a desarrollar en nuestra, ciudad crisol de culturas, ejemplo de convivencia, de tolerancia, de solidaridad".

El buen "Rociero", aseguró Gregorio Castillo, "no puede permanecer impasible ante los problemas, la pobreza, las dificultades, los padecimientos del prójimo, tiene que hacerlos suyo y debe tender la mano para ayudar a su resolución. Como tampoco permanece impasible ante el rencor y la injusticia practicadas por los que en beneficio propio minan la convivencia pacífica y fraternal entre los melillenses".

Iniciado ya el camino de vuelta, una parada en la Cofradía hermana de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor donde realizar una visita al Jesús Resucitado. Cuando por fin regresan al templo del Barrio Victoria, la Romería llega a su fin. "Cansados, con la garganta rota, con el corazón alegre y con lágrimas en los ojos por la emoción, ya, ante Ella volvemos a convertir nuestra oración en canto de la Salve y entre vivas y guapas, fundidos en abrazos fraternales sellamos nuestro amor de hermanos y nos deseamos lo mejor para el año próximo bajo la protección maternal de María Santísima del Rocío. Os invito a todos a que experimentéis estas vivencias, porque son emociones que enriquecen, que engrandecen el alma".

Gracias
Cada año acude al día siguiente de la Romería a ver a la Blanca Paloma, a la que pedir "nos acojas bajo tu manto y protejas a mi familia, a mis amigos, a la Cofradía, a mis compañeros y a todos los melillenses, que vivamos siempre en paz y armonía, en una convivencia fraternal. Que extiendas Tus benditas manos a los que critican y ofenden, para que encuentren la paz de espíritu que nos inspiras, y que los jóvenes, por Tu mediación, perduren en los valores tradicionales de religiosidad de esta bendita tierra".

En señal de agradecimiento le recitó un poema de José María Rubio: "Yo sé Madre Santísima del Rocío que no te hacen falta flores para ser vereda, lumbre para ser aurora, fuego para ser la hoguera, luna para ser la noche. Yo sé que no necesitas que te coronen de Reina. Yo sé que tú no pides mis besos para ser madre, ni una corona de Reina, ni un altar para ser Santa. Pero aunque no lo pidas ni lo quieras a mí me gustaría que lo tuvieras, porque en Melilla Tú eres su jardín y su vereda, y eres su noche y su día, y eres su pan y su espiga, y eres su esperanza eterna, y eres su evangelio vivo, y además su Virgen Reina que ha bajado de los cielos, como rocío de la mañana".

Por último, tras invitar a todos los melillenses a acudir a la Romería del Domingo, finalizó con vivas a la Virgen del Rocío, la novia de Melilla.

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Jesús Andújar

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