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El vicepresidente primero en funciones dice que ha vivido “muchísimos” buenos momentos en el Gobierno de Imbroda, pero se queda con estos por ser “proyectos de gran utilidad pública”

La red de OIAC, el Fuerte de Victoria Grande y popularizar el deporte, los orgullos de Marín

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(Autor: Guerrero)

La semana que viene, Marín se despedirá del Gobierno en el que lleva 14 años ostentando diferentes responsabilidades, primero como viceconsejero de Sanidad y Consumo, después como consejero de Administraciones Públicas y por último, como consejero de Fomento, Juventud y Deporte. Ayer, en su repaso por esta etapa con MELILLA HOY, el todavía vicepresidente primero en funciones dijo que había “muchísimos” buenos momentos que ha vivido en el Gobierno de Imbroda, pero se queda especialmente con tres grandes realizaciones que han salido adelante con su “granito de arena”: la red de Oficinas de Información y Atención al Ciudadano (OIAC), la rehabilitación del Fuerte de Victoria Grande y la popularización del deporte entre los melillenses. Según explicó a este Periódico, se queda con estas tres actuaciones porque han sido “proyectos de gran utilidad pública”. Por ello, también incluye como otro de los logros de los que más orgulloso se siente el haber contribuido a reiniciar a principios de 2012 la construcción de viviendas sociales, “después de llevar ocho años paralizada y pese a que España estaba atravesando el peor momento de la crisis”.

Por orden cronológico, Marín apunta como su primer gran orgullo la red de OIAC, por la que los melillenses hoy pueden realizar cualquier trámite administrativo en cuatro barrios diferentes o incluso desde su propia casa, a través de Internet. Cuando llegó en 2003 a la Consejería de Administraciones Públicas, “a los melillenses se les atendía en un hueco de escalera, en un lateral del Palacio de la Asamblea, y cuando había más de 7 u 8 personas dentro, el resto tenían que salir a la calle, hiciera frío, viento o estuviera lloviendo”.

Como consejero, quiso cambiar la atención que se dispensaba a los ciudadanos abanderando “un proyecto muy ambicioso que revolucionó la atención al ciudadano, convirtiendo a Melilla en una de las ciudades más modernas” en este ámbito. Y así fue cómo surgió la red de oficinas, distribuidas en el centro, el Barrio de la Victoria, El Real y Las Palmeras. Fue, en palabras de Marín, como “pasar de la Prehistoria a la Era Moderna de la Administración Pública”, algo que para él tiene valor por lo que ha supuesto esa atención personalizada y cercana para la calidad de vida de los melillenses.

Arquitectura
Respecto al área de Arquitectura, Marín no tiene dudas: se queda con la rehabilitación del Fuerte de Victoria Grande. “Es un edificio que va a quedar para las nuevas generaciones. Pasarán 200 o 300 años y se dirá que esta parte de la historia de Melilla se recuperó en 2015. Me siento un afortunado de formar parte de esa rehabilitación”, explicó el todavía consejero de Fomento en funciones.

Sobre el impulso de la construcción de viviendas sociales, señaló que algo de lo que más se enorgullece es “haber podido trabajar para las personas que van a vivir en ellas, personas con necesidades tendrán una vivienda digna” para las que “ya se ha iniciado el camino”.

Deportes
Marín habla con especial entusiasmo de la gestión realizada en Deportes. Es palpable que como consejero ha disfrutado especialmente de ese departamento, heredado de su amigo Francisco Robles, en el que se marcó como objetivo “seguir con todo lo bueno que se estaba haciendo” y darle un nuevo enfoque impulsándolo con nuevas pruebas populares y la promoción de la práctica deportiva desde edades tempranas. El objetivo, que el deporte llegue a todo el mundo sin necesidad de estar federado. El resultado son pruebas como la Carrera Africana, el Trail Running y la Carrera Nocturna, que mueven a muchos melillenses a la práctica deportiva.

Y por último, destacó “uno de los proyectos más ilusionantes”, como es el CEPAD (Centros Escolares Promotores de la Actividad Física y Deportiva) para trasladar la práctica del deporte a los más pequeños para ilusionarlos “y convencerlos de que el deporte solo trae cosas positivas”. De los 300 del primer año, se pasó a 1.000 en el segundo y más de 2.000 en el último, de los cuales el 70% eran niñas. “Para el próximo serán más, y eso es dar salud y bienestar a las nuevas generaciones, aprenderán a amar la práctica deportiva desde el punto de vista saludable, haremos que no tengan obesidad ni sobrepeso, y eso redundará en más salud para las nuevas generaciones”, destacó el consejero en funciones.

Asimismo, subrayó cómo se ha conseguido maximizar los recursos que se disponían, hasta el punto de que con el mismo presupuesto se han logrado abrir más instalaciones y duplicar los equipos deportivos en categoría nacional.

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Redacción

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