Miguel Marín, uno de los hombres más fuertes del Gobierno de Melilla y del PP local durante más de una década, ha sido uno de los damnificados del acuerdo de gobernabilidad entre su partido y Populares en Libertad. Lejos de sentirse una víctima, asegura que afronta esta nueva etapa como portavoz del PP en la Asamblea con ilusión y con el objetivo claro de que la Cámara melillense sea un espacio de diálogo basado en el respeto parlamentario y no en el “espectáculo bochornoso” de las últimas legislaturas. Con su nombre sonando para la Administración Periférica del Estado, insiste en su inocencia pese al auto de procesamiento que ha recurrido. De todo ello habla en profundidad en esta entrevista concedida a MELILLA HOY.
- El viernes recibió Vd. una ovación al jurar como diputado. ¿Cómo lo vivió?
- Fue muy emotivo después de llevar 14 años en primera línea política. Los días previos los compañeros de partido también me mostraron su apoyo y cariño y a nivel particular cientos de amigos llamándome y publicaciones en redes sociales. Uno queda totalmente abrumado ante tanto apoyo y reconocimiento, y es gratificante porque cuando uno está en política, en ocasiones uno se puede sentir denostado o con falta de reconocimiento a esa dedicación exclusiva a trabajar por los ciudadanos. En mi caso no ha ocurrido así, afortunadamente, porque sigo teniendo el apoyo del máximo responsable del PP y de la Ciudad Autónoma, del Comité Ejecutivo, de los afiliados y simpatizantes y de los melillenses en general. Uno se siente agradecido, no me lo esperaba.
- ¿Ha sido este su peor momento político?
- No, para nada. Como ya comenté el día de la jura como diputado, esto ha sido muy meditado y hablado y desde días antes de conocer si tendríamos propuestas para formar Gobierno. Puse mi acta de diputado a disposición de Imbroda porque estaba viendo que no conseguíamos un acuerdo de gobernabilidad, que era lo importante. Que Imbroda iba a ser investido presidente era algo más que probable, pero teníamos que pensar más allá, en un futuro estable para Melilla, que no podía permitirse el lujo de gobernar en minoría cuatro años, con cuatro partidos políticos en la oposición. Así iba a ser imposible gobernar y se habría provocado una parálisis total de la Administración. Ningún pueblo se puede permitir esa licencia, pero Melilla aún menos por sus connotaciones. Había que mirar por los intereses de los melillenses antes que por el interés partidista o de cualquier persona del PP. Y cuando uno tiene vocación política como es mi caso, está dispuesto a hacer lo necesario por el bien de la ciudad. Lo hice de manera muy consciente, sabiendo que era lo mejor para Melilla. Por eso no han sido momentos difíciles, lo digo con total franqueza. Ahora se abre otra etapa y sigo contando con la máxima confianza del presidente, y eso es muy bonito. Se abren nuevos retos, voy a ser el portavoz de Grupo PP en la Asamblea en una legislatura que será apasionante en la que tendremos que hablar mucho pese a tener mayoría suficiente para intentar llegar a acuerdos con el mayor número de diputados posible. Los melillenses quieren que haya más diálogo, y ahí la labor en la Asamblea va a ser clave.
- PPL y C’s exigían de antemano que no hubiera imputados ni procesados. ¿Se veía fuera del Gobierno desde que el PP perdió la mayoría el 24 de mayo?
- No, porque aunque haya exigencias, en una negociación siempre hay cuestiones en las que ceder. En este caso han sido imperativos de ambos partidos que se han mantenido en su situación inicial y para desbloquear el acuerdo era necesario que los procesados dieran un paso atrás. Quisiera matizar que yo a día de hoy no estoy procesado, pero eso era entrar en un debate en el que la interpretación del otro partido era contraria alegando que hay un auto de procesamiento e interpretaba que yo ya no podía estar. Bueno, se acepta, pero que quede claro que no estoy procesado porque para ello tendrá que rechazarme el juez el recurso de reforma que he presentado. Y si lo hace, tendré un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial, que tendrá que ser nuevamente rechazado.
- ¿Se siente condenado de antemano? Lo pregunto porque el partido que ha hecho esta exigencia está presidido por una persona que sí está condenada por la Justicia.
- Claro, y aparte se comentan cosas que no son ciertas. El PP nacional no dice que la persona que esté procesada tenga que dejar su cargo. Lo que ha dicho siempre el PP es que hay que ver caso a caso. Voy a poner un ejemplo muy sencillo: para que una persona sea expulsada de su partido o apartada por su partido no sería necesario ni que fuera imputada. Si una persona que está en el Gobierno tiene 5 chalés en la Costa del Sol ganando un sueldo de 3.000 euros al mes y no puede acreditar de dónde ha sacado ese dinero, no hace falta que esté imputado para que el propio partido lo aparte directamente de cualquier tipo de responsabilidades, porque es una persona que no sería de fiar. Y nos vamos al otro extremo, autos de procesamiento: si una persona está procesada en firme y hay apertura de juicio oral por una cuestión como la mía que es firmar un contrato de un arquitecto, con todos los informes técnicos preceptivos, un contrato en el que la propia Justicia en tres ocasiones ha dicho que se adecua al Estatuto de los Trabajadores, y el Consejo de Estado los diez miembros por unanimidad dicen que no hay ningún vicio de nulidad en procedimiento administrativo, ¿yo cómo voy a prevaricar? Es que es materialmente imposible que yo prevarique ante tales aseveraciones de organismos más cualificados que existen. Entonces, ¿por qué me van a expulsar de la vida política si lo que yo firmé es correcto? En estos 14 años en la vida política lo que he hecho es trabajar y muchísimo. Eso es porque tengo vocación de servicio público y entendía que estaba en una situación importante como vicepresidente del Gobierno. Creo que los melillenses reconocen ese trabajo y eso es muy gratificante.
- Por lo que está diciendo, imagino que tomar la decisión de renunciar habrá sido un momento agrio para Vd.
- No, porque la política lamentablemente es así, aunque no debería. Las cuestiones dogmáticas en la vida misma no son buenas y en la política tampoco. Y utilizar como dogma que el que esté imputado o procesado debe ser expulsado… no, porque estamos cometiendo injusticias. Hay que ser rigurosos, realistas y analizar las situaciones caso a caso para no cometer injusticias.
- ¿Se ha cometido ahora una injusticia?
- No hablo de mi caso, sino en general el debate político. Y he puesto antes un ejemplo claro para que los ciudadanos lo entiendan. ¿Por qué una persona sospechosa por no estar imputado puede estar en política? No está imputado pero sí puede tener 5 chalés en la Costa del Sol y nadie sabe de dónde saca el dinero. Para mí ese tipo de personas no pueden estar al frente del servicio público, sino totalmente apartadas aunque no estén imputadas. Y sin embargo hay imputados y procesados por soberanas tonterías y cuestiones administrativas en las que no se ha llevado un euro, no ha perjudicado a la administración… Vamos a dejar que se pronuncie la Justicia.
- Vd. ha sido uno de los más críticos con PPL. ¿Es un alivio no estar en el mismo Gobierno que ellos?
- No. La política trae este tipo de situaciones, cuando uno está en política siempre debe mirar para adelante. También en la propia vida. Soy una persona eminentemente positiva y eso que aplico en mi vida personal también lo proyecto en el ámbito de la gestión. Siempre hay que mirar para adelante, de reojo mirar para atrás para ver en qué te has equivocado y no volver a equivocarte, o mejorar lo que has hecho. Pero mirar para atrás para intentar resolver cuitas personales, creo que eso no es bueno. Miro para adelante y lo positivo, que es que este acuerdo con PPL va a dar estabilidad a la ciudad. Y me quedo con eso porque los melillenses necesitan estabilidad. Melilla necesita un Gobierno estable, Melilla no puede estar paralizada. No puede estar al albur de las decisiones de partidos políticos de si quieren aprobar un presupuesto o un PGOU o un proyecto importante. De esta manera vamos a poder formar un Gobierno sólido, estable y vamos a poder llevar nuestro programa con las aportaciones que PPL ha hecho llegar a través del acuerdo. Si los políticos en la época de la Transición fueron capaces de ponerse de acuerdo con muertos por cuestiones políticas, y tuvieron la altura de miras para mirar hacia delante y llegar a acuerdos, ¿cómo no lo vamos a hacer nosotros con este tipo de disputas que ha habido? He reconocido que son muy agrias, y deseo que no se vuelvan a producir, porque lo que hemos tenido hasta el día de hoy ha sido un espectáculo bochornoso que los melillenses no se merecen con cuatro años de insultos, calumnias, injurias, descalificaciones… Como portavoz del PP en la Asamblea haré todo lo posible para que eso no se vuelva a producir porque es malo para la imagen de Melilla, esto corresponde a otras épocas y países tercermundistas.
- ¿Cómo ve la posibilidad de que CPM se sume al acuerdo? ¿O tres son multitud en el Gobierno?
- Es una cuestión que está llevando directamente el presidente y todos confiamos en su gestión, la experiencia y cabeza que ha demostrado tener muy bien amueblada y saber muy bien lo que necesita Melilla de presente y de futuro. Vamos a esperar a que sea él el que pueda barajar distintas posibilidades porque es a quien corresponde formar Gobierno.
- ¿Cree que se podría haber llegado a otra solución o era, como dice PPL, el único camino posible?
- A unos días de la investidura era prácticamente la salida natural desde el punto de vista ideológico y siempre mirando hacia delante. Uno puede decir “es que os han insultado, injuriado, calumniado, se han metido con vuestras familias…”. Vamos a mirar hacia delante. Ideológicamente son los más cercanos, de hecho es una escisión del propio PP, y por tanto creo que era el pacto natural. O con ellos o con C’s. Pero C’s aún no se ha decidido por sus pactos nacionales. No es un partido que se haya definido desde el punto de vista ideológico.
- Hay quienes critican el pacto porque lo ven una tomadura de pelo después de que Vd. y Garbín juraran como diputados. ¿Qué les responde?
- Tomadura de pelo es cuando no se hace lo que se dice, pero cuando el pacto está escrito y uno respeta lo que está escrito, entonces no le está tomando el pelo a nadie. El acta de diputado es personal e intransferible, y a pesar de que la puse a disposición de Imbroda, no ha sido necesario dejarla. Somos representantes de los melillenses y a nosotros los melillenses también nos han votado. Y muchos, por cierto. Por tanto tenemos el legítimo derecho a ejercer como diputados y representantes de los ciudadanos. En el pacto venía que manteníamos el acta de diputado y que el día que desaparezca esa situación procesal, si así lo estima el presidente podremos volver a formar parte del Gobierno.
- Garbín será asesora del grupo PP. ¿Usted también o vuelve a sus actividades privadas?
- Yo estoy a disposición de lo que quiera el presidente para desempeñar el cargo que él estime conveniente. Y el día que no ocupe un cargo político, iré a mi agencia de seguros a ejercer de graduado social, con lo cual afortunadamente trabajo no me va a faltar. Pero eso está sin decidir, y vamos a ver cómo transcurren los próximos días y veremos si tengo algún tipo de responsabilidad.
- Su nombre suena para un cargo en la Administración Periférica del Estado. ¿Qué hay de cierto en ello?
- Cierto a día de hoy no hay nada. Y por eso digo que hay que esperar lo que diga el presidente.
- Como decía antes, una de las condiciones del pacto es que si la Justicia no ve responsabilidades, se restituya al cargo público. ¿Tiene esperanza de volver al Gobierno?
- Uno cuando tiene vocación de servicio público está en esto porque le gusta. Yo soy un enamorado de Melilla y estoy en el servicio público porque me gusta trabajar por mi ciudad. Es muy gratificante como con tu trabajo pones tu granito de arena para que los melillenses tengan más calidad de vida y bienestar. Quizá la opción de dejar lo público e ir a lo privado conllevaría vivir de manera más cómoda, no estar expuesto a la crítica pública. Pero tengo esa vocación y mientras tenga la confianza de Imbroda, seguiré siendo un servidor público.
- El área que dirige tiene grandes retos por delante en esta nueva legislatura, como el PGOU, Melilla Ciudad Europea del Deporte… ¿Lamenta no poder desarrollarlos?
- Uno cuando está en política, sabe que es imposible poder terminar todos los proyectos que empieza. Pero me quedo con el trabajo desarrollado hasta ahora, estoy muy satisfecho. Se podían haber hecho más cosas y mejor, por supuesto, y el día que un responsable político no piense eso, mejor que se vaya a su casa o se dedique a otra cosa. Aprovecho la ocasión para agradecer a todos los empleados públicos que han trabajado conmigo en estos cuatro años. El consejero dirige, pero sin el trabajo de los empleados públicos es imposible realizar una actuación de Gobierno. A todos quiero reconocer su trabajo.
- ¿Quién le gustaría que cogiera su relevo en la Consejería y en la Vicepresidencia?
- En el PP tenemos más de 3.000 afiliados, es la mayor organización política y social de Melilla y cuenta con muchas personas preparadas para designar a quien crea conveniente para esos puestos. Tengo muchos compañeros válidos en el PP. Estoy convencido que la persona que entre en estas responsabilidades hará un gran trabajo y seguro que lo hará mejor que yo.
