Las sonrisas, los saludos e incluso las bromas y comentarios entre los cinco partidos representados en la Asamblea daban muestra de que al menos la amabilidad se está imponiendo en el órgano donde los representantes de los melillenses gestionan los intereses generales del conjunto de la ciudadanía El primer Pleno de la Asamblea de esta legislatura que ayer se celebró duró poco, menos de 10 minutos, pero suficiente para comprobar que esta legislatura será diferente o, al menos, mucho más cordial que las anteriores. Esta fue una de las primeras impresiones que ayer se pudieron palpar en el arranque oficial del mandato 2015-2019, una nueva etapa marcada por la ausencia de mayorías absolutas que ha cambiado el escenario que había predominado en la Cámara melillense desde hacía más de diez años. Un cuatrienio en el que aparentemente el diálogo y la participación serán protagonistas, o al menos esa parece ser la intención del Gobierno, cuya estabilidad depende de esos dos factores por ser pilares básicos del acuerdo firmado entre el PP y el PPL.
Esto ya lo hemos podido ver desde que el resultado de las urnas se dio a conocer en la noche electoral del ya lejano 24 de mayo. Pero ayer, algo más de dos meses después, quedó ratificado por el buen rollo que se desprendía entre las bancadas, probablemente también influenciado por ser el primer día de una nueva etapa en la que se ha hecho borrón y cuenta nueva. Las sonrisas, los saludos e incluso las bromas y comentarios entre los cinco partidos representados en la Asamblea daban muestra de que al menos la amabilidad se está imponiendo en el órgano donde los representantes de los melillenses gestionan los intereses generales del conjunto de la ciudadanía.
Las intervenciones de Gloria Rojas y Juan José Imbroda, mostrando sus respectivos buenos deseos para este mandato que ahora empieza, pusieron la guinda a este arranque oficial que se ha hecho esperar más de lo deseable, en el que el presidente hizo de nuevo un llamamiento para que la cortesía parlamentaria sea la base del debate. Ese debería ser el Norte siempre en la Asamblea. Lástima que haya estado perdido durante los últimos 8 años, en los que los melillenses hemos asistido a bochornosos plenos en los que no han faltado los insultos, las acusaciones e incluso el lenguaje y teatrillo chabacano que no se ajustan, ni de lejos, a las formas necesarias para conducir los intereses generales a buen puerto. Mantener el buen clima que ayer se pudo respirar en los pasillos y las bancadas del Palacio de la Asamblea está en la mano de todos. Hoy, con la constitución de las comisiones, empieza ese reto y, sobre todo, el de solucionar los problemas que preocupan de verdad a los melillenses para conquistar nuestro futuro.
