El melillense Gustavo Castro Suárez participó recientemente en la 99ª Edición de la Vierdaage 2015, que se ha celebrado en Holanda desde los días 21 al 24 del presente mes de julio. La prueba es conocida oficialmente como la Cuádruple Marcha Internacional de Nimega. La competición, cívico-militar, implica terminar cuatro tramos de 50 kilómetros cada uno, recorriendo parajes de la Segunda Guerra Mundial, como el puente demasiado lejano de la Operación Market Garden o el cementerio militar canadiense, donde reposan casi mil héroes caídos en combate a finales de 1944 y comienzos de 1945.
En lo referente a la participación local melillense, la Vierdaagse 2015 de Nimega ha contado por segundo año consecutivo con la participación del funcionario de prisiones, Gustavo Castro Suárez, destinado en el Centro Penitenciario de Melilla desde hace casi diez años.
En opción individual y habiendo completado las cuatro etapas consiguió finalizar la prueba, a pesar de la inflamación de la pierna derecha que le martirizó durante la última etapa. Tras completar las Series Mundiales de Maratón en 2014 y hacer cumbre el pasado 12 de octubre de 2014 en la montaña más alta de África, el Kilimanjaro, el próximo objetivo de Gustavo Castro Suárez será el Blackmore Marathon de Sidney (Australia) el próximo 20 de septiembre 2015. Un nuevo reto en las antípodas para completar maratones en los cinco continentes.
El atleta melillense envía saludos a compañeros, servicios sanitarios e internos del Centro Penitenciario de Melilla. Asimismo quiere dar un inmenso abrazo al funcionario José Ramón Delgado y familia, gravemente enfermo en la Unidad de Vigilancia Intensiva del Hospital Comarcal de Melilla, deseando una pronta y completa recuperación.
Personas de setenta nacionalidades llegadas de todos los confines del mundo y de todas las edades han llevado este año sus fuerzas al límite con la esperanza de alcanzar el preciado metal, la Cruz de Nimega, merecida recompensa por completar la prueba.
Varios miles de soldados completaron la distancia de 40 kilómetros diarios con una mochila de diez kilogramos rigurosamente pesada al inicio y al final de la prueba en el Campamento Heumensoord, punto de inicio y llegada para militares.
Sólo quienes consiguen cubrir la distancia estipulada pueden conquistar la Cruz de Nimega. En esta edición 2015 han participado 46.000 personas, habiéndose quedado sin dorsal varios miles de aspirantes, que deberán esperar a otro año, teniendo en cuenta la masiva participación y peticiones.
Orígenes de la prueba
Hace dos mil años, las legiones romanas llegaron a Noviomagus después de largos días de marcha. Inspirada en gran medida en aquella marcha, la Vierdaagse de Nimega se celebró por primera vez a comienzos del siglo XX, en el año 1909. Poco podían imaginarse los fundadores de la Unión Holandesa de Educación Física, que aquella prueba en la que tomaron la salida 306 marchadores, llegaría a convertirse en la prueba cívico-militar más antigua, de mayor prestigio y masiva participación del mundo.
A causa de la Primera Guerra Mundial, no se organizó la marcha entre 914 y 1915, pero un año después volvió a celebrarse con su punto de inicio y salida en el Campamento Nieuw Millingen, tanto para los 152 militares participantes como para los primeros participantes civiles, en número de seis.
La novedad en 1917 fue la exigencia de destreza en lucha que se impuso a los militares. Después de una hora de marcha había que recorrer un tramo de obstáculos de 800 metros y 200 metros de marcha rápida. Sólo quien lo superaba tenía derecho, según la organización, a la tan popular Cruz de los Cuatro días.
La salida neutralizada se inicia a las 4 de la mañana
En 1918 recibió la Cruz de Nimega la primera mujer en Amersfort, al completar con éxito el recorrido de 50 kilómetros. Desde que en 1927 falleciera de una insolación, durante el segundo día, el marchador K. Rozeboom, la organización tomó medidas contundentes para paliar el impacto de las temperaturas veraniegas. Se implantó en años posteriores la salida nocturna, que perdura a día de hoy.
La salida neutralizada de los marchadores se inicia a las cuatro de la mañana, en plena noche. Nada ha hecho mella en esta extraordinaria prueba, ni siquiera los 2.200 vecinos de Nimega que perdieron la vida en la Segunda Guerra Mundial.
La participación alemana es masiva desde los inicios y tras la guerra sirvió para cicatrizar heridas, paliar el dolor y estrechar lazos entre comunidades alemanas y holandesas.
En la prueba participa el público en general y equipos militares especializados de todos los países integrantes de la OTAN. Este año han competido equipos militares de Estados Unidos, Canadá, Noruega, Francia, Alemania, Suecia, Gran Bretaña, Austria, Suiza, Portugal, Italia y España entre otros.
Es posible participar a título individual como civil o militar. También pueden formarse equipos de civiles adscritos a fuerzas policiales o de seguridad, como la Gendarmerie de Francia, los Bobbys británicos o el simpático equipo de funcionarios de prisiones de Irlanda del Norte, un clásico en esta competición.
En la última jornada, los equipos y participantes fueron recibidos en loor de multitudes por miles de espectadores y autoridades civiles y militares. La Vierdaagse terminó con el desfile de los «héroes» que consiguieron completar los 200 kilómetros por la vía Gladiola, y la posterior imposición de la Cruz de Nimega.
La magnífica organización del evento desplegó amplios medios logísticos y sanitarios para tratar de evitar que la durísima marcha impidiera a los participantes alcanzar la línea de meta.
