La falta de información, en este caso de Air Nostrum, crea auténticas molestias y las consecuencias de los retrasos en los vuelos son, en muchas ocasiones, muy importantes Son muchas las ocasiones en que nos sentimos impotentes ante los abusos y errores de la administración o de determinadas empresas como en este caso las de transportes. Y nos referimos en concreto a Air Nostrum, perteneciente el Grupo Iberia. Casi todos los viajeros que utilizan las líneas aéreas han sido víctimas de algún retraso en sus vuelos, ya que la frecuencia con las que se dan estas situaciones son más numerosas de las que todos desearíamos. Pues bien en la tarde de ayer se produjo. de nuevo, un lamentable y largo retraso. De hecho, el vuelo Melilla – Madrid cuya salida estaba programada para las 16.30 aterrizó en el Aeropuerto de Barajas ya entrada la noche. Y eso no es lo peor. Aún más lamentable es la falta de información a los pasajeros a los que normalmente no se las da la más mínima explicación sobre los motivos que impiden el despegue a la hora fijada, lo que lógicamente indigna a los clientes, en este caso, de Air Nostrum. Además, los trastornos que ocasionan suelen ser bastante importantes, ya que pueden ocasionar perjuicios de tipo sanitario, social o económico de gravedad. Y para resarcir a los afectados no está prevista, en principio, ninguna indemnización. Por eso se empiezan a extender un tipo de empresas, bastante numerosas en Estados Unidos, que se encargan de reclamar y gestionar los derechos de los pasajeros afectados, que trabajan por un tanto por ciento de las indemnizaciones que consiguen para sus defendidos en sus demandas a las compañías.
