El reinado de Felipe VI debe estar más maduro para que una Visita Real a las dos Ciudades Autónomas no perjudique a sus propios intereses, ni tampoco a los del resto del país. Por eso es lógico que se haga esperar la anhelada visita que los actuales monarcas nos deben a los melillenses Felipe VI, como su padre durante gran parte de su reinado, tiene una asignatura pendiente con Melilla. Es la única autonomía española, muy probablemente junto con Ceuta, que aún no ha visitado el Rey. Ni siquiera lo hizo en la condición de Príncipe de Asturias que desempeñó hasta junio del año pasado, cuando Juan Carlos I abdicó la Corona de España. Es, de hecho, el único miembro de la anterior Familia Real que falta por pisar tierra melillense, ya que sus hermanas estuvieron aquí y Don Juan Carlos y Doña Sofía vinieron en dos ocasiones, primero como Príncipes de Asturias, y después como Reyes de España, en aquella histórica visita a Melilla del 6 de noviembre de 2007, un día que ha pasado a la historia de nuestra ciudad como una fecha memorable que nos equiparó realmente al resto de los españoles.
Aún habrá que esperar un tiempo para que se vuelva a escribir otra página brillante en la historia de Melilla con motivo de una Visita Real, ya que no parece probable que Don Felipe vaya a viajar a la ciudad a corto o medio plazo. Primero, porque no es una cuestión que dependa directamente de él, sino que es una decisión del Gobierno de la Nación, al que en estos momentos no interesa abrir una nueva crisis con Marruecos como sucedió hace ocho años, tras la visita de Don Juan Carlos y Doña Sofía. Claro está que eso no debe ser tampoco el argumento permanente para que Melilla sea tratada de manera diferente al resto del país. Pero también siendo realistas, la estabilidad de nuestra ciudad depende mucho del entorno, que ahora vive momentos de tranquilidad en las fronteras después de varios años de tormento continuo por la inmigración irregular y los caprichosos boicots de unos cuantos personajes en nuestras fronteras.
El reinado de Felipe VI debe estar más maduro para que una Visita Real a las dos Ciudades Autónomas no perjudique a sus propios intereses, ni tampoco a los del resto del país. Por eso es lógico que se haga esperar la anhelada visita que los actuales monarcas nos deben a los melillenses, y que ayer el presidente Imbroda se encargó de recordar reiterando a Don Felipe la invitación que ya le hizo un año antes en su proclamación como Rey de España. Si los melillenses esperamos casi un siglo entre las visitas de Alfonso XIII y de Juan Carlos I, podemos hacerlo ahora algunos años para conseguir ese anhelo con la que está pendiente de Felipe VI. Eso sí, lo ideal es que la espera no se eternice para que no se cometa una injusticia con un territorio que no hace más que demostrar su amor a España y su lealtad a la Corona y la Nación.
