El presidente de la Asociación Mem Guímel atendió a MELILLA HOY para explicar en qué consiste la Ruta por la Melilla Sefardí, una interesantísima iniciativa desarrollada por su entidad y que busca acercar a la población melillense la rica historia de la comunidad judía en nuestra ciudad, cuyo legado ha llegado hasta nuestros días y podemos ver en detalles tan importantes como edificios, calles, comercios o recintos religiosos. Para explicar en detalle cómo surgió y se desarrolló esta actividad, el activo promotor melillense quiso destacar la ingente cantidad de documentación encontrada en diferentes archivos que se está haciendo dentro del proyecto Sefamel. Este proyecto, que recopila toda la historia, patrimonio y legado judío de Melilla, dio pie a la opción de mostrar todos esos descubrimientos de una forma más abierta a la población melillense, creándose de forma propiamente dicha la Ruta de la Melilla Sefardí.
Melilla Sefardí, en palabras de Guahnich, explica en detalle toda la historia de la población hebrea en nuestra ciudad desde su llegada en 1864. El recorrido empieza en Melilla la Vieja, donde se ubican históricamente las tres primeras sinagogas de Melilla, y donde se asentaron los primeros judíos que llegaron a la ciudad para montar sus negocios. A continuación, se hace un recorrido por las principales calles donde desarrollaron su actividad, y posteriormente se realiza la visita al Museo Sefardí.
La visita a este museo, tal y como nos explicó el investigador, tiene un gran valor sentimental e histórico, pues se trata del segundo museo sefardí inaugurado en África tras el de Casablanca, y es uno de los pocos museos sefardís que hay en España. Además, la asociación Mem Guímel tuvo una implicación muy importante para su inauguración.
Una vez terminada la ruta por la ciudadela, los visitantes bajan al Mantelete, donde se ubica la sinagoga más antigua de Melilla, la sinagoga Salama, situada en la calle Alfonso XII. También se explica, a su vez, en qué consistía el comercio judío de esta zona y los distintos tipos de comercio que había en la ciudad, así como la importancia del puerto.
El presidente de Mem Guímel destacó que anteriormente la visita habría seguido en el Cementerio Hebreo de Melilla, así como su antiguo museo, pero actualmente no está abierto a visitas de este tipo. Hay que recordar que en Melilla se ubican el primer cementerio y el primer colegio hebreo, así como la primera sinagoga en España desde la expulsión de los judíos en 1492, durante el reinado de los Reyes Católicos. Así pues, Melilla, nos dijo orgulloso el historiador, “significa el retorno de los judíos a Sefarard (España), el puente donde comienza la afluencia de los judíos contemporáneos durante el último siglo y medio”.
Guahnich siguió contando que, una vez termina la visita al cementerio de la Alcazaba, los visitantes comienzan un recorrido en bus, con una explicación de la historia judía en Melilla a través de las diversas zonas por donde pasa. Una a destacar es el Polígono, un barrio donde llegaron a vivir cerca de 3.000 judíos, y en el que se explica dónde se ubicaban sus sinagogas, o factores como el trasiego comercial y social, la educación, la convivencia y la forma de vida que había en el barrio. Un detalle muy interesante que destacó Guahnich fue la excelente convivencia entre judíos, cristianos, musulmanes y gitanos, con un trasvase de costumbres, celebraciones y tradiciones entre los miembros de las diferentes culturas.
Acto seguido, la ruta se desplaza al Barrio Hebreo, con un callejeo por sus calles y una explicación de la formación del barrio, ya que en un principio sus habitantes se instalaron en tiendas de campaña de barro y tierras, y se ubica la situación de la sinagoga. Una de las calles más importantes de este barrio es la Calle Sión, construida y pensada por el arquitecto Yamín Benarroch, con la idea de instalar en casas a los judíos más necesitados, con la idea de que pudiesen pagar sus viviendas en diez años, aunque finalmente no tuvieron que pagar prácticamente nada gracias a la generosidad del arquitecto. El promotor de la iniciativa señaló que las familias que se instalaron eran numerosas, y en una habitación podían a llegar a vivir cerca de 20 personas, de modo que la forma de vida y las condiciones de salubridad de las viviendas eran muy precarias. Esto se debía en gran parte a que logros técnicos como el alcantarillado, la luz o el agua no se instalaron en el barrio hasta el año 1921.
A continuación, la ruta comienza en la zona modernista de Melilla, visitando en primer lugar el Colegio Hebreo. En este recinto se explica la historia del colegio, ideado también por Yamín Benarroch, y posteriormente se hace un recorrido por todas las calles modernistas de la ciudad, explicando dónde se ubican las sinagogas que se conservan en la actualidad y las que han desaparecido, así como la importancia del colectivo judío a la hora de levantar los edificios modernistas. El responsable de la iniciativa resaltó que “la mayoría de las obras modernistas de Melilla tuvieron promotores judíos, con familias tan importantes como los Salama los Benarroch o los Mel-hul, que participaron activamente en la Casa Mel-hul, el famoso edificio ubicado en el nº 1 de la Avenida Juan Carlos I Rey”. Y por si fuera poco, también se explica a los interesados la historia del edificio, que era una casa de planta baja que fue modificada debido a las nuevas normas de urbanización en la Plaza de España en 1911, y que actualmente sigue siendo uno de los principales símbolos del modernismo en la ciudad.
Por último, la ruta termina con una visita a la sinagoga principal de Melilla, donde se explica cómo es la villa y las diferentes festividades del calendario judío, así como las costumbres y la liturgia judía. También se pretenden aclarar todas las dudas que hayan podido surgir durante la experiencia.
Pero eso no implica el final del disfrute, porque la ruta puede finalizar también con una degustación de repostería típica sefardí, o bien con la comida típica sefardí que se hace exclusivamente los viernes por la noche.
Anécdotas y detalles históricos
Mordejay Guahnich lleva organizando la iniciativa de la Ruta por la Melilla Sefardí desde hace cinco años, y dentro de la riqueza cultural e histórica de este recorrido, lo que más le llama la atención es la cantidad de población judía que llegó a asentarse en Melilla, además de su aportación al comercio y a la imagen de Melilla en la actualidad. “En palabras de nuestra historiadora María Elena Fernández, sin la aportación de los judíos, Melilla no sería lo que es hoy en día. También tuvimos un trasiego comercial importantísimo, como bien hace saber la familia Salama en sus memorias”, indicó el dirigente de la asociación, relatando que los Salama contaban cómo, cada 15 días, llegaban a Melilla barcos ingleses para traer mercancías. “A principios del siglo XX había un trasiego comercial muy importante entre Melilla y la zona de Marruecos y Argelia, y eso dio un dinamismo y una expansión económica espectacular que, a día de hoy, no tiene”.
En cuanto a los participantes, Guahnich señaló que lo que más les llama la atención es el número de sinagogas que hay actualmente en Melilla (6), “que fue mucho más alto en los momentos de mayor esplendor de la cultura judía en nuestra ciudad, contabilizándose un total de 18 sinagogas. También sorprende el hecho de que vengan judíos de muchas partes del mundo para participar en esta ruta por nuestra ciudad”.
Como datos históricos de importancia, durante la Ruta por la Melilla Sefardí se explica a los participantes la acogida que tuvieron los primeros judíos que llegaron a nuestra ciudad, así como aquellos judíos que acabaron pasando por Melilla tras el fin del Protectorado de Marruecos en 1956, para acabar instalándose en Israel. El investigador explicó también cómo la comunidad judía ha ido mermando en nuestra ciudad durante las diferentes épocas, entre otras cosas, debido a las diversas crisis económicas y sociales a lo largo de los últimos 50 años, constatando que, “actualmente, la población judía en Melilla es bastante escasa comparada con la de otras épocas”.
Por último, Guahnich destacó que la Asociación Mem Guímel ha estado en contacto con la Consejería de Turismo para que la ruta por la Melilla Sefardí se ofrezca como una más de las atracciones turísticas de la ciudad: “Para nosotros, es muy importante que el melillense conozca la historia de una parte importante de su población desde una perspectiva más cercana, y pueda descubrir de primera mano cómo eran la vida, la cultura y el trasiego de la comunidad judía en nuestra ciudad desde su llegada hace ya 150 años”.
Cómo participar en la Melilla Sefardí
Actualmente, más de 600 personas han participado en esta iniciativa de la asociación Mem Guímel. “Se han hecho rutas en grupo y también de particulares en vehículo propio, para tres o cuatro personas”, afirmó Guahnich. Para disfrutar de la experiencia de Melilla Sefardí, se puede llamar directamente al teléfono del promotor (658034000) o mandar un correo a [email protected]. Además, la expansión de la Asociación Mem Guímel por las redes sociales ha hecho que muchos judíos melillenses que ya no viven en nuestra ciudad hayan vuelto a Melilla exclusivamente para participar en este recorrido, mostrando un enorme interés e ilusión.
