Mientras Europa contempla la crisis migratoria que se ha desatado en el Eurotúnel, donde cientos de personas tratan de pasar de Francia a Reino Unido de manera irregular, en la valla de Melilla, que ha sido el foco de atención durante varios años, la tranquilidad es la nota predominante. El pasado sábado se cumplieron tres meses desde que se registró el último intento de entrada, cuando unos 400 subsaharianos trataron de llegar a nuestra ciudad y ninguno lo consiguió. Se trata del mayor periodo de calma en las fronteras melillenses desde que nuevamente se desató la presión migratoria en el año 2012. Una simple comparativa de las estadísticas permite comprobar cómo Melilla ha pasado de sufrir el peor año de presión migratoria en 2014, a la tranquilidad casi absoluta en apenas unos meses. Y no es total porque todavía alguna madrugada se registran avistamientos de pequeños grupos de inmigrantes que siguen en las inmediaciones de Melilla y no arrojan la toalla en su esperanza de poder alcanzar algún día nuestra ciudad de un solo salto.
Si 2014 hubo más de 70 saltos masivos a la valla que sumaron más de 22.000 intentos individualizados y 2.100 entradas clandestinas por esta vía, en este 2015 solo se han contabilizado 12 tentativas de salto a la valla, en los que han participado casi 3.700 inmigrantes y han conseguido su propósito 105 en total. Eso hasta el 1 de mayo de este año, día en que se produjo el último intento de entrada por el perímetro fronterizo.
La disminución es bestial, también contextualizada en los cuatro primeros meses del año si se quiere comparar cómo estaba la situación en 2014, y cómo lo ha estado en el arranque de 2015. El año pasado, del 1 de enero al 1 de mayo, se registraron 10.000 intentos individualizados de entrada por la valla, en los que entraron unos 1.260 inmigrantes en total.
La caída, antes del cerrojazo que empezó a las puertas del segundo semestre, es también una evidencia entre ambos periodos. El número de intentos ha disminuido casi el triple. La bajada de entradas va mucho más allá, ya que en los cuatro primeros meses del año, incluyendo el primer día de mayo, ha sido de 12 veces respecto a lo que ocurrió apenas un año antes.
Vía marítima y doble fondo
Pero esta bajada no es exclusiva del perímetro fronterizo, ya que también se ha extendido al resto de métodos conocidos en Melilla: las pateras y el doble fondo.
Respecto a la vía marítima, cabe destacar que en lo que va de año no ha entrado ni una sola embarcación, frente a las 10 que entraron en todo 2014, 7 de ellas en el periodo referido entre el 1 de enero y el 1 de mayo, en las que habían llegado 147 inmigrantes. En cuanto al doble fondo, fuentes policiales confirman que también se ha registrado una disminución en comparación con la situación que se vivía en nuestros pasos fronterizos hasta hace escasos meses.
Marruecos y las medidas
Estos datos corroboran lo que hace apenas unos días señaló el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, al señalar que el foco de atención de los flujos migratorios ya no se encuentran en Melilla, sino que ahora están más en el Mediterráneo Central y Oriental. Según apuntó el titular de Interior, las medidas que ha llevado a cabo España con los refuerzos en recursos materiales y humanos, las reformas legislativas y el férreo control de Marruecos al otro lado son las causas de este cambio de tendencia.
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, también destacó estos factores la semana pasada tras su reunión con el Rey.
Se mantienen los refuerzos
Pese a todo, el Ministerio del Interior mantiene los refuerzos de efectivos de la Guardia Civil que llevan en Melilla de manera permanente desde hace ya meses. Por lo tanto, siguen en la ciudad el helicóptero asignado a la vigilancia fronteriza y varios equipos del Grupo de Reserva y Seguridad.
