El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, defendió ayer los controles de seguridad que se efectúan en las fronteras terrestres, marítimas y aéreas de la ciudad después de que anteayer se colara en una maleta en el barco de Almería un inmigrante que terminó falleciendo. “Por muchos controles que hagamos, siempre habrá alguien que busque la manera de retorcer el Derecho y burlar los dispositivos”, afirmó El Barkani a preguntas de los periodistas, apenas unas horas después de que se conociera el fallecimiento del inmigrante, N.M. de 27 años de edad.
Puntualizó que no se trata de un inmigrante subsahariano, sino que “todo apunta a que es magrebí y que es su propio hermano, quien conduce el vehículo, quien acuerda con él llevarle en esas condiciones sin documentación, parece ser que en una maleta y en un coche más de cinco horas” hasta Europa.
Sin embargo, antes de terminar la travesía, el polizón fue rescatado con síntomas de asfixia y finalmente falleció pese a los intentos de reanimación, algo que El Barkani dijo que es “una noticia muy lamentable” como consecuencia de la inmigración clandestina, en la que “los que salen perdiendo son ellos mismos”.
Los datos de los que dispone, aunque “sin certificar al 100%” es que el hermano del polizón reside en Europa y retornaba después de pasar unos días de vacaciones en su país de origen.
