Leído en algún medio, que alguien próximo al gobierno local, manifestó, como justificación, a las obras llevada a cabo en un tramo de la calle Carlos Ramírez de Arellano, inmediata al Parque Hernández, y de la que en principio justificaban como que fuera una continuación-prolongación, al paseo central del referido Parque que:
"La tendencia en todas las ciudades es que el peatón gane espacio respecto al coche".
Pero no de cualquier forma, siendo esta, una opinión más de entre otras muchas, es decir que no se ha de considerar que este dicho en “Ex cathedra”, a la que habría que añadir, donde el peatón no tenga que andar a tresbolillo, por la colocación de los parterres y las farolas, estrechando al máximo una amplia calzada, como una rígida formación militar, casi hasta entorpecer el transito peatonal (será para que reúna las mejores condiciones y particularidades para los juegos infantiles de la gallinita ciega ó el escondite), que a muchos transeúntes les puede ocasionar un estado angustioso, caótico, donde no pueden entrar los vehículos de emergencias, tales como las ambulancias, contra incendios de bomberos, etc., debiendo tenerse en cuenta el trazado de la red de recogida de aguas pluviales y la adecuada inclinación de los planos de superficie para canalizar la recogida de aguas, y no como si fuera un cualquier “Liang Shan Po”. Rompiendo la tradición más arraigada, pues de todos es consabido, que en el caso que nos ocupa, cuando llega la Semana Santa, el día más relevante como es el de la procesión de La Pollinica, tiene su itinerario por esa calle de la que hace la entrada en el Parque, momento crucial, donde se agolpa el personal asistente con su particular emanación de sentimientos en la fe que profesan, y los que lo vean como arte, que aprecien la efusión de la plástica que representa. Así es que sin prisas pero con la constancia deseada, pongan solución a este desaguisado, para que no se produzca mayor desatino y por místicos que sean, no piensen que en su momento la procesión se elevará, para sortear estos impedimentos impuestos sin ninguna necesidad.
