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Jorge Hernández: “No se fomentan lo suficiente los lazos económicos, sociales o incluso culturales entre Málaga y Melilla”

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El subdelegado del Gobierno en Málaga, el melillense Jorge Hernández Mollar, se jubilará el día 3 de septiembre, cuando cumpla 70 años. MELILLA HOY ha tenido la oportunidad de hablar con el que fuera presidente del Partido Popular (PP) local sobre su trayectoria política, pero también sobre sus recuerdos de años convulsos para Melilla y los ciudadanos. Ahora, Hernández se dedicará a “la familia, las aficiones o dedicar el tiempo libre a otras actividades diferentes”. MELILLA HOY: El día 3 de septiembre dejará de ser usted subdelegado del Gobierno en Málaga al cumplir 70 años y producirse su jubilación ¿Le hubiera gustado seguir o cree que ya ha llegado el momento de descansar después de una intensa vida política?
Jorge Hernández: Después de 42 años de servicios al Estado, entre la Administración y cargos públicos, creo que ya es hora de hacer un parón y disfrutar de aquello que se sacrifica como consecuencia de esa dedicación: la familia, las aficiones o dedicar el tiempo libre a otras actividades diferentes. Se trata de iniciar otra nueva etapa de la vida. Es como cerrar un libro y abrir otro.

MH: Usted ha sido un protagonista de la política melillense durante mucho tiempo, como presidente del PP local y en los cargos de senador, diputado y eurodiputado por Melilla ¿Qué recuerdos guarda de esos años ochenta y noventa?
JH: A veces tengo sentimientos encontrados. No le oculto que han sido años que han marcado toda mi trayectoria política, especialmente durante la presidencia del PP y mis responsabilidades como parlamentario nacional en el Senado y en el Congreso. Fueron años muy convulsos en la vida melillense, pero me quedo con todo lo positivo que se alcanzó durante aquella época. Un partido que alcanzó seis victorias electorales con gran esfuerzo y mérito de sus militantes, y especialmente una batalla sin descanso, contra viento y marea, por conseguir lo que hoy representa: una consolidación jurídica y política de las dos ciudades en la estructura del Estado, como fueron los Estatutos de autonomía de los que hoy gozan Melilla y Ceuta.

MH: Usted también vivió momentos importantes de la historia de Melilla como los de mediados de los ochenta con las protestas de melillenses de origen bereber ¿Cómo fueron esos años? ¿Qué opinión le merece Aomar Dudú?
JH: Como le he comentado, fueron convulsos y quizás el germen en parte de algunos acontecimientos que hoy ocurren tanto en Melilla como en el resto de España y de Europa. La salida más fácil fue la de integrar las dos comunidades de Melilla y Ceuta nacionalizando, como hizo el Gobierno socialista de entonces, a más de veinte mil musulmanes con mucha ligereza. Hubo una evidente falta de rigor tanto en la justificación de su arraigo como en su propia identificación con la sociedad española. Incluso había un número importante de ciudadanos que juraban sin saber español… Había jueces que así me lo comentaban.

Indudablemente había un problema de un colectivo numeroso de melillenses con arraigo y sin documentación que había que solucionar. De eso se sirvió Aomar Duddu para encabezar un peligroso levantamiento que dio muchos dolores de cabeza al Gobierno español y desestabilizó a la sociedad melillense produciéndose un enfrentamiento que podría haber tenido más trágicas consecuencias de las que realmente tuvo. Pero esto es ya historia y cada uno la escribe desde su óptica y opiniones personales. No creo que a estas alturas convenga ya remover aquellas aguas turbulentas porque se correría el peligro de ser injusto con los miles de melillenses de origen bereber que hoy son españoles, viven en paz en Melilla y trabajan con ilusión y esfuerzo por su ciudad en los distintos campos de la vida social y política. Tengo grandes amigos en la comunidad musulmana.

MH: Con su elección como diputado en el año 1990, tras repetirse las generales en Melilla por irregularidades en las votaciones, se rompió por primera vez la mayoría absoluta de Felipe González. ¿Ahí empezó el declive del PSOE arrollador que ganaba holgadamente las elecciones desde 1982?
JH: No diría tanto, pero es cierto que les desestabilizó el equilibrio parlamentario, pasaron de 176 a 175 diputados y José María Aznar se tomó muy en serio la repetición de aquellas elecciones. Fue un lujo tener allí un desembarco tan relevante de figuras que luego han sido protagonistas en primera línea de la vida política española. Recuerdo a Alberto Ruiz Gallardón, Álvarez Cascos, Javier Arenas, Rodrigo Rato, Luis Ramallo…
Aquellas elecciones marcaron toda una época en la vida del partido a nivel nacional. Fue un laboratorio de las estrategias electorales, la formación de interventores y apoderados, las encuestas 'israelitas' y el esfuerzo solidario a nivel nacional de todo el partido para ganar una segunda vuelta de unas elecciones. 'La libertad tiene otra oportunidad' fue el eslogan que marcó todo aquel proceso electoral, y no le faltaba razón.

MH: De su paso por la política melillense, ¿de qué políticos guarda mejor recuerdo y de quiénes peor?
JH: Comprenderá que con sólo dar un nombre y conociendo la vida política melillense, podría abrir alguna que otra polémica innecesaria después de casi treinta años. De toda esa etapa me quedo con el aprecio de mis paisanos que me lo hacen llegar con sus recuerdos y afectos cuando tengo la oportunidad de verlos o saludarlos y con mi deuda impagable hacia mi querida Melilla. La ciudad donde nací, me eduqué, formé mi familia, inicié mi vida profesional y me forjé como político alcanzando metas para mí inimaginables entonces.

Lo demás lo considero ya un capítulo cerrado, gracias a Dios, de mi larga vida, y no puedo más que aprovechar esta entrevista para expresarles, de nuevo, a los melillenses que decidieron depositar su confianza en mi persona para representarles en el Parlamento nacional y europeo, mi más profundo y sincero agradecimiento. Ha sido todo un honor y un orgullo.

MH: Sabemos que sigue la actualidad melillense desde Málaga y sus periódicos desplazamientos a Melilla ¿qué opinión le merece el Gobierno de Juan José Imbroda?
JH: He tenido la ocasión de desplazarme a Melilla, por motivos personales, en dos o tres ocasiones en este período de tiempo. Melilla ha sufrido una auténtica revolución urbanística y de embellecimiento. Se ha transformado en una ciudad moderna, bien cuidada y con servicios públicos de primer nivel. El Gobierno local y el nacional han sabido aprovechar muy bien las inversiones que procedentes de la UE o de los Presupuestos Generales del Estado han mejorado sus infraestructuras y la calidad de los servicios que la hacen hoy una ciudad cómoda y atractiva para sus habitantes y visitantes.

Sin embargo, creo que aún sigue un poco distante de esta gran capital andaluza que es Málaga. Desde la Autoridad Portuaria, por ejemplo, su actual presidente Paulino Plata, otro melillense, y yo mismo llevamos al Ministerio de Fomento nuestra inquietud por el deterioro de las comunicaciones marítimas con Melilla o el estado de una estación de pasajeros que no reúne las condiciones de calidad adecuadas al nivel que se merece una línea tan tradicional e importante para ambas ciudades.

A veces me da la impresión de que no se fomentan lo suficiente los lazos económicos, sociales o incluso culturales entre ambas ciudades mediterráneas. Málaga está en un momento álgido de su desarrollo y tiene unas infraestructuras de primer nivel europeo por tierra, mar y aire. Es la conexión natural con los melillenses en todos los órdenes. Creo que hay que trabajar más en esta dirección.

MH: De su paso como subdelegado del Gobierno en Málaga, ¿qué gestiones destacaría? ¿Qué es la más difícil a lo que se ha tenido que enfrentar?
JH: Ha sido todo un privilegio representar al Gobierno de España en una provincia tan rica e importante como Málaga durante estos casi cuatro años. Para mí ha sido una tarea muy novedosa y a la vez muy gratificante. Es una responsabilidad donde se mezclan tu formación y experiencia profesional con tu patena de político para dirigir la Administración General del Estado, ejecutar las acciones del Gobierno y defender los intereses generales de los ciudadanos.

He podido conocer y a veces sufrir con los funcionarios la magnífica labor que desempeñan en los distintos cometidos que desarrollan en el ámbito de sus competencias. Enfrentarse a grandes catástrofes como fueron los incendios e inundaciones del primer año de mi mandato, o afrontar el reto de asegurar el desarrollo pacífico y ordenado de dos huelgas generales y miles de manifestaciones y concentraciones en estos años, sin ningún incidente reseñable, dice mucho del nivel de profesionalidad de quienes día a día garantizan el ejercicio de los derechos de los ciudadanos, como son la Policía Nacional y la Guardia Civil. El asesinato en acto de servicio del policía Francisco Díaz Jiménez el pasado año y aquellas horas trágicas junto a sus familiares y compañeros fueron, sin duda alguna, el momento más amargo y triste que he experimentado como subdelegado.

No obstante, han sido más las satisfacciones que me ha proporcionado este puesto, por una parte, la calurosa y cariñosa acogida que siempre he tenido en el Partido Popular de Málaga, y por otra mi fácil integración en la vida social malagueña, tierra de acogida y de adopción que comparto con mi querida y nunca olvidada Melilla.

MH: Por último, si quiere comentar alguna cosa más que se nos haya podido quedar en el tintero…
Me gustaría agradecer a los medios de comunicación -y en especial a este Periódico- su interés por informar a la sociedad melillense de mi actividad pública a lo largo de todos estos años y de todos los asuntos de actualidad que inciden de una u otra manera en el desarrollo de la ciudad. En cualquier caso, espero poder seguir colaborando con este medio como lo he venido haciendo a lo largo de los últimos años.

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M.H. / Á. V. C.

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