Director: Aleksander Bach
Intérpretes: Rupert Friend, Hannah Ware, Zazchary Quinto
El Agente 47 nació el año 2000 como protagonista en una serie de videojuegos de la empresa Danesa IO Interactive, "Hitman: Codename 47". Su adaptación al cine era inevitable, en 2007 se estrenó "Hitman", dirigida por el francés Xavier Gens y protagonizada por Timothy Olyphant. Parece que se va haciendo costumbre empezar a llevar a la pantalla las historias de grandes superhéroes por lo que pudiéramos considerar la mitad de su existencia. Quizá esta práctica sea producto de un interés puramente comercial, si el personaje tiene éxito (da dinero) se amplia su historia contando cómo surgió.
Hitman: Agente 47 comienza con una breve introducción para ponernos al corriente de la historia de su nacimiento. Hace años, el científico Litvenko (Ciarán Hinds) creó un ejército de seres humanos manipulados genéticamente para ser perfectas máquinas de matar. Litvenko, horrorizado por el resultado de su trabajo, abandonó el proyecto y nadie sabe si aún sigue vivo. Quien si vive es Hitman (Rupert Friend), al que se le conoce por los dos últimos dígitos del código de barras que lleva tatuado en la parte posterior de su cuello: Agente 47. Hitman es la culminación de décadas de investigación -y 46 mutaciones previas- que le dotan de una fuerza, velocidad, resistencia e inteligencia sin precedentes.
Una megacorporación dirigida por Le Clerq (Thomas Kretschmann) planea encontrar a Litvenco con el fin de obligarle a crear un ejército de asesinos cuyos poderes superen los del Agente 47. En Alemania, la joven Katia (Hannah Ware) siente la necesidad de buscar a su padre, el científico Litvenko, al que supone vivo en algún lugar del planeta. Casualmente, cuando se ve perseguida por el Agente 47, tropieza con John Smith (Zachary Quinto), que le ofrece su ayuda contra Hitman. Lo que Katia ignora es que Smith trabaja para Le Clerq. Menos mal que Hitman la pone al corriente de los planes e Le Clerq. Juntos, aunando fuerza física y los escasos recuerdos que Katia conserva de su padre, emprenden su búsqueda de respuestas al mismo tiempo que esquivan la persecución por parte de Le Clerq. El director Aleksander Bach nació en Polonia. Hijo de un fotógrafo, la familia emigró a Alemania, donde reside actualmente.
Bach estudió en el Institute for Music and Media, en Düsseldorf, donde se licenció en Ingeniería de Sistemas Audiovisuales y logró una diplomatura en piano clásico. Su doble capacidad técnica le ha permitido conseguir numerosas oportunidades en Asia, donde ha realizado vídeos y documentales musicales. Tras finalizar sus estudios de posgrado en la reputada academia de cine de Baden-Württemberg, en Ludwigsburg, Bach comenzó a trabajar en el mundo de la publicidad, en el que tiene reconocido un gran prestigio.
El trabajo de Bach es visual y sensorial, con un lenguaje muy singular; aprovechando al máximo su extraordinaria formación en música e ingeniería, y combinándola con elementos sustentados en los personajes que producen una excelente narrativa audiovisual. Por su trabajo para clientes tan importantes como RWE, Mercedes-Benz, Nike, Nivea y Cruz Roja, Bach ha obtenido múltiples galardones, incluyendo el premio Young Director en Cannes, en 2008 y 2009; el premio New York Festival Gold, en 2010, y sendos premios Art Directors Club, en 2010 y 2011.
Hitman: Agente 47 es el debut de Bach en la dirección cinematográfica, decisión tomada por los productores después de ver un provocador vídeo que resumía su visión de la historia: "Ya nos impresionaba su trabajo en el área de la publicidad, y estábamos deseando hablar con Ale sobre la dirección del filme", recuerda el productor Charles Gordon. "Y entonces, ese espectacular vídeo que preparó, cerró definitivamente el acuerdo. El vídeo no se centraba únicamente en la acción sino también en los personajes y las emociones. Era toda una herramienta comercial. E inmediatamente todos dijimos, "¡Vamos a elegir a este chico!".
La visión de Bach de los efectos visuales del filme abarca una mezcla de lo que él denomina "lo habilidoso y lo descarnado". Lo "habilidoso" se refiere a las espectaculares escenas de acción de la película, que incluyen helicópteros volando en torno a edificios, violentas persecuciones de coches y explosiones en aviones; lo "descarnado" alude a experimentar la potencia que tienen los personajes; "cuando los hombres están luchando, luchan de verdad", explica Bach. "Los espectadores lo sentirán realmente, como si estuvieran en medio de la pelea". Para maximizar el impacto de las secuencias de lucha y de los especialistas, se contrató a los directores de la unidad de escenas de acción Chad Stahelski y David M. Leitch, al coordinador de especialistas Jonathan Eusebio y al coordinador de escenas de lucha Jon Valera, todos pertenecientes a la empresa 87Eleven Action Design, uno de los principales referentes de la industria en el ámbito de los especialistas, que ha supervisado la labor de especialistas y la acción en películas como "Jurassic World", "Los juegos del hambre: En llamas" y "John Wick".
Entre los fans de la compañía se halla el actor Rupert Friend, que señala, "87Eleven no crea estilos de lucha de forma arbitraria. Cada uno de los personajes tiene su particular estilo". A tal fin, Eusebio, Valera y el coordinador de especialistas Chris O'Hara hicieron de John Smith una especie de matón con un estilo de potente puñetazo directo. Su forma de pelear es muy del tipo de elefante en una cacharrería, mientras que 47 es un luchador mucho más táctico.
La confrontación final entre ambos enfatiza el estilo de lucha y las fortalezas de cada uno de ellos. Smith es pura fuerza bruta, su técnica está basada en el kárate tradicional de Japón y en algunas técnicas de kickboxing, con potentes, amplios y grandes puñetazos. El estilo de 47 es justo lo opuesto; es más lineal y eficaz en sus movimientos; Rupert se entrenó en los estilos de arte marcial denominados "de manos vacías": Silat, original de Filipinas y practicado en Malasia, y Kali.
Friend y Quinto estaban deseando empezar su preparación en artes marciales pero, debido a problemas de planificación, tuvieron que entrenar por separado antes de que sus álter egos en la pantalla entablaran combate en una gran escena de lucha que tiene lugar en la estación de metro de Alexanderplatz, en Berlín.
El rodaje de Hitman: Agente 47 comenzó en Berlín, aprovecharon la crudeza invernal de la ciudad para enfatizar el drama y diversas secuencias de acción. De Alemania, el equipo se trasladó al otro lado del mundo, convirtiéndose en la primera producción de unos grandes estudios norteamericanos que ha rodado en Singapur donde, entre otras localizaciones, aprovecharon el aspecto sobrenatural de la atracción Gardens by the Bay de Singapur, con gigantescos y futuristas árboles que alcanzan los 50 metros de altura y el calor y la humedad típicos de un clima tropical, así como otros emblemáticos lugares, tales como el Marina Sands y el Jardín Botánico. En ocasiones estos escenarios, de por sí impresionantes, se han realzado con efectos visuales.
El equipo de Efectos Visuales, dirigido por Rich Thorne, creó digitalmente un inmenso paisaje urbano, con un campo visual de 360 grados, así como el cuartel general del Sindicato Internacional del villano Le Clerq y la colisión de un helicóptero que derribaba gran parte de la estructura.
El guión de Hitman: Agente 47, escrito por Skip Woods y Michael Finch, plantea la cuestión de si es posible eliminar del ser humano emociones como el amor y el miedo, que nos hacen ser vulnerables. Este concepto está conseguido, no así la historia que le rodea, incoherente y, en ocasiones, contradictoria, quizá debido a exigencias de la acción, que es lo que prima en la película. Grandiosas secuencias de lucha que consiguen atrapar la atención del espectador, aunque no su emoción, gracias a la rapidez de sus sincopadas imágenes.
