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Rajae Idrissi: “He estado siete meses en prisión por ayudar a una familia siria alojándola en mi casa”

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(Autor: GUERRERO)

Rajae Idrissi es una mujer nacida en Rabat (Marruecos) pero que vive en Melilla desde hace unos 15 años. Fue en 2013 cuando inició, junto a un grupo de unas 20 personas, la ayuda a los sirios que no querían estar en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) por las condiciones de sobreocupación que sufre. En ocasiones, a familias con niños que padecían alguna enfermedad los alojaba en su casa, hasta que un día fue detenida. Tras estar siete meses en prisión su causa ha sido archivada.

  • ¿Cuándo empezaste a trabajar como voluntaria con los refugiados sirios?

Yo empecé a trabajar con ellos en el 2013. Un día paseando con mi hija por Plaza de España nos encontramos con la acampada que varias familias sirias habían organizado tras meses sin dejarles salir de Melilla.

En aquel momento ni la administración ni las organizaciones sin ánimo de lucro se acercaban porque era un grupo que había salido del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), pero no se daban cuenta de que estaban allí, porque el recinto estaba abarrotado y había más gente de la que podía acoger.

Así empezamos a trabajar con los sirios. Al final no solo era yo, sino que otros ciudadanos al ver la situación conseguimos crear un grupo de casi 20 voluntarios que nos íbamos turnando y que seguimos haciéndolo para acompañarles al médico o ayudarles en comisaría con los papeles.

En concreto, en el caso de los sirios que estaban en Plaza de España, llegaron al acuerdo con la administración de ser trasladados a la Mezquita mientras le terminaban los trámites para poder salir de Melilla. Ese fue el momento en el que necesitaron más ayuda ya que había que traerles comida, vestimenta y acompañarles a sellar. Aún así, en la mezquita había niños, madres familias enteras, y también hombres que habían venido solos desde Siria.

Ahora el trabajo es menor, todos están en el CETI y tienen médico e intérpretes, solo en ocasiones, como soy la persona en la que confían, suelen avisarme para traducirles algún papel u otras gestiones que ellos desconocen donde poder resolverlas.

  • ¿Cómo está ahora la situación en el CETI?

Ayer me llamó uno de los sirios que consiguieron irse de Melilla a Bélgica en enero de 2014 contándome que su madre de 68 años, que tiene diabetes, está en el CETI. A mi esto me mata, una mujer con esta edad y esta enfermedad no puede estar en el centro. Allí por ejemplo tardan dos horas para poder acceder a un plato de comida, y la higiene está fatal.

Estos son los motivos, por los que algunas de esas familias las alojaba en mi casa sin pedirles nada a cambio.

Por ejemplo, una de las primeras parejas que se alojaron en mi casa tenía una niña con problemas respiratorios. Antes de llevarlos a mi casa, llevé a la niña al Centro de Salud Polavieja pero claro, como dormían en la Mezquita porque el CETI estaba abarrotado, la niña se ponía de nuevo enferma y sus problemas se agravaban. Cuando ves a estas personas en el CETI o cuando estaban en la Mezquita te preguntas ¿dónde están los derechos humanos?
En ocasiones las familias son separadas en la frontera de Marruecos y entra la madre solo o los niños a los que llevan a la Gota de Leche. Los padres sufren por sus hijos, son sus hijos, vienen de un país de guerra, no es que hayan venido con una maleta. Se escaparon con lo que tenían en la mano, las cosas que consiguieron las fueron pidiendo en la calle y por eso hay que ayudarles.

Hay gente que viene con dinero, pero este tipo de personas no residen en el CETI sino que se alquilan una vivienda mientras le están formalizando los papeles para el asilo o para poder salir de España y pedir asilo en otro país. La gente que no tiene dinero y la que necesita más ayuda es la que está en el CETI.

  • ¿Cómo percibes la actuación de las administraciones?

Lo veo insuficiente, el otro día ayudé a una familia que lleva aquí cinco meses con cuatro niños y uno de ellos enfermo esperando. Deberían habilitar centros para asistir sanitariamente a estos niños y las mujeres embarazadas, porque son menores y necesitan asistencia. Y si todos están ahí se transmiten las enfermedades. Parece que en el CETI no hay derechos para los menores.

Otro mundo es la Comisaría, yo he estado allí durante tres meses de manera continua desde por la mañana hasta por la noche y sí que he visto que los agentes hayan hecho por los sirios, porque les intentan facilitar los trámites para que salgan en cuanto puedan. Pero no se debe confundir, los agentes hacen su trabajo, pero nunca se le ha pagado a un agente para que una familia siria salga antes. Y es que hubo rumores entre las familias de que creían que pagándoles iban a salir antes, pero esto es falso y se debe a las estafas que han sufrido los sirios por los países que han pasado desde que salieron de Siria.

  • Después de estar trabajando durante dos años y viendo diferentes casos, ¿cuál crees que sería la solución?

Habría que crear otro centro para inmigrantes. Hace poco me contaron que había un cuarto con niños que sufren algún catarro y esos niños no pueden estar todos juntos en una habitación, tendrían que estar en el Hospital Comarcal y tener asistencia.

Tiene que haber alguna solución, sino llegan a casos como los que salieron ayer en prensa, en el que un sirio amenaza a dos vigilantes. Las circunstancias en las que están en el centro llegan a situaciones límites como esta lamentablemente.

Hace unos años hubo una pelea en el CETI porque llegó uno de ellos ebrio y otro hizo un comentario que no le sentó muy bien hasta que se enzarzaron en una pelea que llegó a los juzgados. Así y a pesar de que tenían pruebas de que no eran culpables prefirieron declararse culpables para que no les dejaran más tiempo en Melilla.

Otra de las soluciones posibles podría ser que crearan un protocolo para dar prioridad de salida del CETI a personas enfermas, niños y ancianos, porque el centro no es un sitio para que residan. Este es un tema que los mismos sirios ven bien entre sí sobre todo entre familias y varones que han venido solos desde Siria.

  • Este trabajo lo haces de manera altruista y voluntaria, ¿qué te mueve seguir trabajando con los sirios?

Tengo mucha empatía, yo también lo he pasado mal. Además, cada familia es una historia y necesitan ayuda. Aún así no soy la única que trabaja con ellos, también hay diferentes organizaciones que ayudan también de manera altruista. Yo no soy asociada a ninguna pero por ejemplo Jóvenes por Melilla o la Asociación Intercultura también trabaja con ellos.

Hay mucho trabajo que hacer, porque ahora mismo parece que la aplicación de los derechos humanos no se lleva a cabo, parece que están durmiendo y hay que despertarlos.

  • Siete meses de prisión por alojar a una familia siria que al final ha sido archivado, ¿cómo sucedió todo?

Normalmente cuando yo veía a familias, sobre todo que tenían niños enfermos que estaban en el CETI o cuando estaban algunos en la Mezquita los llevaba a mi casa hasta que les daban los papeles como asilado aquí en España o les dejaban irse a otro país de Europa.

Una vez conocí a un hombre sirio que había dejado a su mujer y a sus hijas de 3 y 4 años en Siria. Él quería que vinieran, pero no quería que estuvieran en el CETI por las circunstancias que te he comentado antes y porque si bien sus hijos estaban sanos, su mujer sufría asma.

Finalmente, él solicitó la reagrupación familiar en Alemania tras salir de aquí, pero se la denegaron. Yo le dije que no podía darles de comer porque no tenía dinero, pero él se comprometió a que les pagaba la comida, sólo necesitaban alojamiento.

Tras llegar a Fez (Marruecos) se trasladaron hasta Melilla. Yo les advertí de que primero debían organizar su documentación y registrarse en el CETI, pero vinieron sin pasaportes. Eso suponía que iban a separar a la madre de sus dos niñas. Al día siguiente fuimos a preguntar a la Consejería de Bienestar Social y luego a la Comisaría, pero tenían que esperar una semana mientras en mi casa.

No hizo falta, al día siguiente la Guardia Civil ya estaba en mi domicilio, me detuvieron y tras el juicio decretaron prisión provisional. Unos siete meses estuve en prisión hasta que tras apelar a la Audiencia Provincial me dieron la libertad provisional hasta que hace poco archivaron la causa.

  • ¿Y este proceso te ha frenado para seguir trabajando con las familias sirias o estas decidida a seguir?

Para nada, voy a seguir. Quizás intente evitar no traerlos a casa porque creo que el hecho de que esté en prisión no es bueno ni para mí, ni para ellos porque desde allí no les voy a poder ayudar. Hay cosas que no valoramos y que cuando tratas con ellos te das cuenta que lo aprecian muchísimo y significan mucho para ellos, por eso tengo que estar libre.

Aún así, con este proceso judicial que he tenido parece que la administración no incentiva a que se ayude a los sirios. Yo les ayudo, y lo hago porque la administración no les da a los sirios lo que ellos necesitan.

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Nerea de Tena Alvarez

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