Hace algunos meses, varios amigos, y algún que otro conocido, me preguntaban si alguna vez volvería yo a publicar las “Cartas desde la Purísima”. La verdad es que para mí, escribir sobre nuestros Héroes y Mártires, es algo sublime, ya que sus almas, desde los sepulcros y panteones, son como diamantes llenos de Gloria eterna,…
…que alumbran las páginas de nuestra Patria; y que nosotros, los melillenses, y muchos peninsulares, tenemos el orgullo de que descansan en La Purísima, que yo he denominado como “Cementerio Nacional de Héroes”.
La “Carta” nº 0 dice así: “Queridos melillenses: Soy uno de los que residen en La Purísima desde el 22.02.1904, y procedo del Cementerio del Fuerte de San Carlos, en la Alcazaba. Allí estuve desde que lo inauguraron, el 3.04.1787. Cuando llegué, me encontré con muchos militares, y civiles, que me recibieron con los brazos abiertos, al igual que nosotros hicimos, con todos los honores, a los que iban llegando de 1909, 1911, 1912, 1914; como los que fueron masacrados en aquéllos campos, cuando lo de Annual, en 1921. Algunos, pobrecitos, aún tenían la metralla en sus cuerpos mutilados. Tengo que deciros que aquí se forma, a cada momento, una asamblea para comentar lo que ocurre en la ciudad; porque desde hace varios años, las cosas están muy candentes. Como ya sabéis en Melillla, existe un partido político compuesto en su mayoría por oriundos del Rif, que son descendientes de los que nosotros nos defendimos, y rechazamos, en aquéllos años tan aciagos, cuando Marte se paseaba por nuestras murallas y fuertes. Esta carta es para deciros, que entre nosotros hay muchos que la pena les embarga. Piensan por qué aquélla lucha, para qué sirvió ese derroche de sangre si la gente de otro partido, que dicen proclamar la redistribución de las riquezas, no comenta nada cuando esa gente, con el achaque de decir que es un hecho de sangre, no acude a la Ciudadela a rendirle honores a D. Pedro de Estopiñán, o al Mariscal Sherlok, cuando saben que gracias a ellos, y a todos los que estamos aquí, pueden estar hoy disfrutando de nuestra españolidad (democracia) y cobrando unos buenos emolumentos. Tampoco comentan nada en los periódicos cuando otros quieren imponer el chelja como idioma, comparándolo a nuestro castellano, cosa que muchos de nosotros no hemos llegado a entender. Como siempre están diciendo que les queda no sé cuanto tanto por ciento para ocupar el mando, aquí la gente anda muy desconcertada. De verdad que no entendemos nada. A mi lado tengo a varios militares de alta graduación, y fijaros en mi, un humilde labrador que aprendí las primeras letras, y las cuatros reglas de cuentas, del amanuense de un pequeño pueblo, reunido con tantas personas importantes. De verdad que me hace mucha ilusión y me llena de orgullo, ya que el trato aquí es de igual a igual. Yo espero que ese partido, que guarda ese vergonzante silencio, se pronuncie en alta voz; que jamás nos echen en el olvido porque, primero deben recordar que somos los que dejamos nuestras vidas por la ciudad, y luego que piensen en las urnas y en los votos. A los que limpian las parcelas en que descansamos, deben saber que les estamos muy agradecidos, igualmente a las personas anónimas que nos traen flores cada vez que visitan a algún familiar, y se detienen en nuestra tumba comunal: la que llaman: “Ánimas Benditas”, para charlar con nosotros a través de sus oraciones. Sin más que deciros me despido de vosotros en nombre de esta Asamblea de Héroes que os quiere como verdaderos Hijos de la Patria, que somos. Como post data os diré que el Soldado, Benito López Franco, al que vosotros habéis bautizado como el de “Los Milagros”, no os podéis imaginar lo apenado que se encuentra cuando se ha enterado que la gente de ese partido se ha abstenido en la votación para que su nombre figure en una de las calles de la ciudad. De la abstención de los que son oriundos del Rif, obviamente, no he echado cuenta”.
¿Se imaginan ustedes, queridos lectores, si en vez de ser el fruto de mi imaginación fuese una realidad?. Creo que más de uno, tendría que agachar la cabeza avergonzado.
