Para el curso 2016-2017 la Escuela Taller de Flamenco, dependiente del Instituto de las Culturas, podría cambiar de ubicación y ampliaría su plantilla docente al objeto de atender la importante demanda existentes y que ha obligado este año a crear incluso una lista de espera. Así lo adelantó ayer la consejera de Presidenta y responsable del mencionado instituto, Paz Velázquez, tras visitar las instalaciones que la escuela ocupa en el Colegio Velázquez cedidas por la Consejería de Educación. Este año la Escuela Taller de Flamenco atiende a sesenta alumnos en los distintos niveles de enseñanzas y asignaturas. Aunque la presentación del curso 2015-2016 se llevó a cabo este lunes con la asistencia de todo el alumnado, el presidente Imbroda decidió visitar ayer el centro para conocer la marcha de esta iniciativa que entra en su cuarta edición. El mandatario local visitó las dos aulas cedidas por la Consejería de Educación en el Colegio Velázquez que este curso acogerán a 60 alumnos, diez más que el pasado año. Aún así, existe una lista de espera de más de 20 personas. El centro imparte las asignaturas de Guitarra Flamenca, Cajón y percusión flamenca y cante flamenco. Los alumnos, aprovecharon la visita del presidente de la Ciudad para agasajarlo con varios temas musicales, entre ellos una sevillana.
Traslado
La presidenta del Instituto de las Culturas, Paz Velázquez, apuntó que se inicia un nuevo curso de la "gran escuela de flamenco" que cuenta con el compromiso de la Ciudad de seguir apoyándola porque "no hace sino crecer", como lo demuestra el importante número de alumnos matriculados este año y el que haya incluso una lista de espera. Por ese motivo anunció que, tras abordar el asunto con el presidente Imbroda, el Gobierno de la Ciudad se compromete a buscar una nueva ubicación para la Escuela, mejorando y ampliando sus instalaciones, al objeto de dar respuesta a la demanda.
Esta operación conllevaría una ampliación de la plantilla docente. Se pretende que la futura ubicación pueda contar con aulas más amplias y acondicionadas para este tipo de enseñanzas cada vez más demandadas en la ciudad. El primer paso, constatación del apoyo del Gobierno a esta iniciativa que nació hace cuatro años, es que el Instituto ha elevado a 50.000 euros el presupuesto de la Escuela de Flamenco para el próximo ejercicio, porque "creemos que hay que darle continuidad al ser algo que interesa y funciona bien".
Por su parte José Heredia, que junto a Rafael Carmona compagina las labores de dirección y magisterio en la Escuela, se mostró satisfecho por la consolidación de un sueño que nació como proyecto piloto con 30 alumnos hace cuatro años y que este curso, tras un gran esfuerzo docente, da cabida a 60 alumnos. Señaló que son dos los profesores que atienden la escuela y no pueden ampliar más el número de alumnos sin que se resienta la calidad de la enseñanza, de ahí que hayan acogido con gran alegría el anuncio de la presidenta del Instituto de las Culturas de atender la reivindicación de un traslado y ampliación de personal.
Lo fundamental es que la Escuela viene a responder a un interés cada vez más creciente de personas interesadas en acercarse y aprender "ese arte patrimonio cultural inmaterial universal como es el flamenco".
Experiencias
Durante la apertura del curso, el pasado lunes, se dio la oportunidad a varios de los alumnos más veteranos a dirigirse a los nuevos compañeros para hablarles de su experiencia y así motivarles. Así, Manuel Manzano, alumno de guitarra y cante flamenco, dijo que aunque es andaluz y ha vivido muchos años en Málaga, nunca antes había tenido la "oportunidad de aprender flamenco", algo que sí ha encontrado en Melilla gracias a la Escuela Taller. Además añadió que los profesores, "a pesar de ser grandes profesionales, son muy humildes y se ganan el corazón de todos los alumnos".
María del Carmen Egio, alumna de cante flamenco, comentó que, además de las clases en aula, la escuela de flamenco desarrolla muchas actividades que contribuyen a su formación, porque se les da la oportunidad de poner en práctica todo lo que aprenden en clase. "Somos una gran familia flamenca", aseveró.
Miguel Angel Negro, alumno de cajón, relató que cuando se matriculó en la escuela desconocía qué era un cajón flamenco, que no sabía ni como tocarlo pero que poco a poco, "todos los días, se aprenden cosas que después se usan cuando tocamos las canciones y los diferentes palos como los tangos, las rumbas, sevillanas, etc."
Cuando surgió la escuela, uno de los objetivos que se marcaron sus promotores, José Heredia y Rafael Carmona, fue que acudieran alumnos de todas las edades y de diferentes culturas, ya que, "el flamenco es el resultado de la fusión de la cultura sefardí, árabe, bereber, gitana, cristiana y este año podemos decir que ese objetivo lo hemos conseguido porque están matriculados alumnos de todas las culturas que han aportado su granito de arena para que el flamenco sea como hoy lo conocemos. Podemos afirmar que Melilla es muy flamenca", indicaron sus responsables.
