Ayer viernes tuvo lugar la apertura del curso académico 2015-2016 para los centros teológicos de la Diócesis, entre los que se encuentra el de Melilla. El acto se desarrolló en el Seminario Diocesano y comenzó con la celebración de la Eucaristía. Nuestra ciudad cuenta con una delegación de la Escuela Teológica «Beato Manuel González» y se anima a los interesados a aprovechar el periodo de inscripción que aún se encuentra abierto.
Alumnos, formadores y profesores del Seminario Diocesano, el Instituto Superior de Ciencias Religiosas «San Pablo» y la Escuela Teológica «Beato Manuel González» fueron los invitados de excepción a esta apertura del curso académico. Tras la celebración de la Eucaristía, comenzó el acto académico, con la lectura de la Memoria del curso 2014-2015, de parte del secretario del Seminario Diocesano. Tras ella, se hizo la entrega de títulos a los alumnos que concluyeron los estudios. La lección inaugural corrió a cargo de la profesora Mariela Martínez, OP, doctora en Teología Bíblica, quien hablará sobre el tema: «De Discípulos y Maestros. Le dice Jesús: «Sígueme…» (Mt 8, 22)». El rector de la Facultad de Teología de Granada, el padre jesuita Diego Manuel Molina, dedicó unas palabras a los participantes en el acto; y el obispo de Málaga, Mons. Catalá, inauguró oficialmente el curso.
Período de matriculación
El período de matriculación de los centros teológicos sigue abierto: Para el Instituto Superior de Ciencias Religiosas «San Pablo» hasta el 13 de octubre y para la Escuela Teológica «Beato Manuel González», a la que pertenece la melillense, hasta el 30 de septiembre.
La escuela tiene como objetivo la formación de «un laicado dispuesto a colaborar de forma directa en la evangelización, comprometido en las actividades pastorales de la Diócesis y en la vocación específica de los laicos de transformar el mundo según Dios».
Se señala que pueden inscribirse personas que «deseen una formación básica articulada y sistemática de la fe cristiana; personas que estén realizando tareas diocesanas o parroquiales, en las hermandades y cofradías, en asociaciones y movimientos; o que se preparan para ello; y personas que quieran estar presentes en los ambientes de nuestra sociedad con talante evangelizador».
El requisito principal de los interesados, es que tienen que ser presentados por el párroco, por el consejo pastoral o por el responsable del movimiento o asociación a la que pertenezca. Además deben comprometerse a seguir el proceso de formación de la Escuela, dando prioridad a la asistencia a la misma; y estar abiertos a realizar un trabajo diocesano, si fuese necesario. La formación son tres años, y cada curso dura 31 semanas (Apertura de curso, 28 días lectivos y convivencias). Cada clase se divide en exposición de un tema por parte del profesor, trabajo personal del tema durante la semana y puesta en común del trabajo en grupo. «La metodología facilita la unificación fe/vida: ver/juz-gar/actuar», se apunta desde la Diócesis.
