Pablo Castillo, campeón del Mundo de Menores con la Selección Española, tenía una espina clavada del Mundial celebrado hace dos años en Argentina, donde no pudo lograr el título de Selecciones, por lo que se mostró muy contento a su llegada a nuestra ciudad. “Estoy muy contento, porque hace dos años, en Argentina no pude conseguirlo, pero también lo estoy por mi compañero Jesús Moya, que ganó el Mundial por Parejas y estoy muy orgulloso de él”. En cuanto a la competición, comentó que, al principio “nos tuvimos que adaptar al cambio de altitud. Las pistas y las bolas también eran diferentes, por lo que los primeros días fueron de adaptación, pero al final, cuando nos acostumbramos, jugamos como sabemos hacerlo”.
El melillense, al igual que Jesús Moya, cuenta también con tres Mundiales en su palmares, dos en la modalidad de Parejas y este de Selecciones. No obstante, Castillo, a pesar de su juventud, se mostró con los pies en la tierra: “Ahora vamos a disfrutar de lo que acabamos de ganar, seguir entrenando y estudiando para seguir con el día a día que llevábamos antes de ir al Mundial”.
