En la lucha contra la violencia de género no se trata de que cada uno haga la guerra por su lado, sino de unir las fuerzas mayores o menores de cada uno para que el «NO» a los malos tratos sea lo más contundente posible Melilla se sumó ayer, un año más, al Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Pero como siempre ocurre con estas jornadas de concienciación, la lucha contra esta terrible lacra social debe ser una constante a lo largo de los 365 días del año. Que a estas alturas del siglo XXI haya mujeres que sufren la violencia por el mero hecho de ser mujer es una vergüenza para nuestra sociedad, mucho más cuando por desgracia seguimos viendo en nuestro día a día cómo se sigue fomentando la desigualdad que en algunos casos ejerce como semilla del maltrato machista. España, y con ella Melilla, ha avanzado en la concienciación y el rechazo a la violencia de género en las últimas décadas, pero el camino que queda por recorrer es mucho más largo y los pasos que se van dando posibilitan un avance demasiado lento.
Las cifras nos lo indican. En España han muerto este año 48 mujeres a manos de sus parejas o ex parejas. En Melilla hay 120 mujeres que necesitan protección policial para poder seguir con su vida porque han sufrido la violencia o el acoso de las personas a la que un día eligieron como sus maridos o novios. En nuestra ciudad se han interpuesto este año más de 200 denuncias por violencia de género.
Son números muy elevados que nos deben hacer reaccionar como sociedad frente a este terrorismo doméstico y familiar. Todos debemos poner de nuestra parte aunque algunos se empeñen en poner el foco de la responsabilidad en las administraciones públicas e instituciones, que si bien tienen un papel muy importante por los recursos que pueden aportar, no son las únicas que deben combatir la violencia de género. También a los ciudadanos de a pie nos toca involucrarnos en la lucha contra esta lacra en nuestro día a día, educando en igualdad a las generaciones futuras y evitando el sexismo que continúa estando a la orden del día en nuestras calles y casas. Condenando la violencia machista y uniendo nuestras fuerzas en lugar de dividirnos, como por desgracia hemos visto en alguna ocasión cuando este problema se ha politizado.
Debemos tener claro que en el drama de los malos tratos, al igual que ocurre con otras lacras como el terrorismo, los partidos, sindicatos y organizaciones en general deben dejar a un lado la política y las ideologías para luchar juntos en esta causa común. Porque en la lucha contra la violencia de género no se trata de que cada uno haga la guerra por su lado, sino de unir las fuerzas mayores o menores de cada uno para que el «NO» a los malos tratos sea lo más contundente posible.
