“Estoy aquí para demostrar mi inocencia, que no estoy en una cárcel de Marruecos ni tampoco en Siria combatiendo”. Así de contundente se mostró ayer Alí Amar, el exmarido de la propietaria de la Herboristería Jalea Real, a quien un bulo que circula por Melilla de forma verbal y vía WhatsApp señala como un presunto terrorista. La cadena de mensajes lleva ya varios días de boca en boca en Melilla, pero Alí Amar, el protagonista involuntario de esta cadena de mensajes falsos, no lo supo hasta el viernes, cuando su exmujer lo llamó alarmada por lo que estaba ocurriendo.
Ayer mismo, tras regresar de un viaje de trabajo, este melillense regresó a su ciudad natal para presentar una denuncia ante la Policía Nacional, como ya hiciera el viernes su exesposa. Ambos quieren conocer el origen de este bulo, que podría suponer un presunto delito de calumnia.
Con la denuncia en la mano, Alí Amar acudió a MELILLA HOY para que la ciudadanía pueda ver con sus propios ojos que no está en Siria “haciendo la yihad”, como se asegura en el mensaje viral de WhatsApp en el que se llama al boicot de la herboristería que antes regentaba junto a su exmujer antes de que ambos decidieran divorciarse de mutuo acuerdo.
“¿Para qué el terror? Que cada uno luche por su alma”
Acompañado de sus hijos, Alí Amar desmintió tajantemente todos los bulos relativos a su persona y dejó claro que no es un terrorista como se le está señalando. “No comparto el tema del terrorismo, estoy en contra totalmente. ¿Para qué el terror? Que cada uno luche por su alma, con lo que cuesta sobrevivir y empezar de cero”, aseveró, muy consciente de sus palabras, pues desde que se separó reside en Marruecos y está intentando rehacer su vida. Pero ello no le impide volver a Melilla cada 10 o 15 días para ver a sus hijos, como hizo ayer.
Alí Amar dijo no saber de dónde procede el bulo que tanto daño está haciendo a su familia, sobre todo a sus hijos adolescentes, que están sufriendo mucha ansiedad. A él también le está afectando, pues desde que el viernes se enteró de lo que estaba pasando, ha perdido el apetito y el sueño.
Además, dice sufrir “pánico”, porque siente que le van a detener en cualquier momento por la posibilidad de que se le pueda dar credibilidad a este bulo. Ayer sintió esa sensación al pasar la frontera de Melilla, donde al comentarle su problema a la Guardia Civil, los agentes le recomendaron que denunciara cuanto antes.
