La Comisión de Sanidad del PP de Melilla puso ayer de manifiesto la importancia de “no bajar la guardia” en la adopción de medidas preventivas del VIH, ya que a su juicio en la actualidad hay “más riesgo de que los comportamientos de riesgo personal sean una potencial puerta de repunte de la infección”. Todo por la “falsa sensación de seguridad” que dan al conjunto de la sociedad los avances como los diagnósticos precoces y los tratamientos avanzados. En una nota de prensa, la Comisión de Sanidad del PP local se pronunció con motivo del Día Mundial del Sida, que se celebra hoy. Una jornada en la que los populares consideran que todos deberían “asumir responsablemente el logro de las metas de la Organización Mundial de la Salud”. Entre ellas, se encuentran el uso de métodos innovadores para los análisis del VIH; la personalización de los tratamientos para atender las diversas necesidades individuales; y el ofrecimiento de una amplia selección de opciones de prevención.
“Y ello mediante la aplicación actualizada de las medidas preventivas, en las que el Ministerio de Sanidad debe continuar siendo su primer adalid, en estrecha colaboración con los servicios asistenciales y de salud pública de las comunidades”, apuntó la Comisión de Sanidad del PP. Asimismo, se mostró convencida de que con esta postura, se estarán dando “pasos decididos” hacia el último objetivo, que es “poner fin a la epidemia en 2030”.
El PP recordó la “concienciación de los colectivos, ciudadanía en general y de la propia administración sanitaria” que hizo posible contener el aumento de nuevos casos y “tornar en esperanza el pronóstico infausto de antaño en los enfermos, gracias a los avances sanitarios”. Una situación que contrasta con loa que había a finales de los años 70, cuando aparecieron los primeros casos de SIDA. “Nadie pensaba que estábamos a las puertas de la mayor y más mortal pandemia del siglo XX, y mucho menos que, a pesar de las disparatadas hipótesis de su origen, nadie estaba libre del riesgo de su contagio”, recordó el PP antes de lamentar que esa concienciación no haya llegado hasta que se han dado 25 millones de muertes por esta enfermedad, en principio considerada “exclusiva de un continente, de una raza o de un colectivo”.
