Las fiestas navideñas son unas fechas muy señaladas y la mayoría de ciudadanos se prepara para vivirlas en compañía de sus seres queridos. Es una época para reunirse, celebrar, abrazar a todas aquellas personas que tenemos lejos el resto del año, disfrutar de una comida más especial y desear con fuerza que los 365 días que vienen sean mejores que los que se fueron. Sin embargo, multitud de personas tienen que vivirlas fuera de sus hogares por motivos laborales. La Nochebuena es sinónimo de cenar en familia y rodeados de seres queridos. Sin embargo, no todo el mundo puede disfrutar de sus allegados en unas fiestas tan señaladas por motivos laborales. En Melilla, residen multitud de personas oriundas de distintos puntos de la península que tienen que dividir sus fiestas entre la ciudad autónoma y sus lugares de origen, sobre todo, aquellos que sólo cuentan con unos días de vacaciones.
También está el caso de melillenses cuyas responsabilidades laborales les hacen estar al 100% dedicados al trabajo en los días más señalados, como es el caso de, militares, policías, bomberos o guardias civiles. Profesionales que velan por la seguridad de todos, una labor que no entiende de fechas ni de fiestas. También, el trabajo de médicos, enfermeros y demás profesionales sanitarios.
Uno de los colectivos que trabaja durante las fiestas navideñas es el de los periodistas. Un grupo de compañeros de diferentes medios de comunicación se reunieron el día 24 de diciembre, en Nochebuena, en casa de Montserrat Cobos, de Radio Nacional. Una perfecta anfitriona que hizo que sus comensales pasaran una velada divertida y con una comida digna de la mejor fiesta. Así, estar lejos de los hogares es más llevadero si una fecha tan especial se pasa en buena compañía. Durante la cena, los profesionales, de diferentes partes de la península (Palencia, Córdoba, Segovia o Ciudad Real) charlaron animadamente y brindaron por los mejores deseos para este año que acaba y el que pronto empezará.
Profesionales como bomberos o policías también pasaron esta noche junto a sus compañeros, pendientes de que todo transcurra con normalidad en estos días tan especiales del año.
En definitiva, unas fiestas navideñas algo diferentes por varios motivos, pero celebradas al fin y al cabo con ilusión y buena comida. Todos ellos con la vista puesta en Melilla pero con el corazón viajando hasta sus hogares, donde sus familias echan en falta su presencia y anhelan sobre todas las cosas abrazarles en cuanto sea posible.
