Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Desde mi Balcón

La cabalgata

Es la gran fuente de ilusión del año. Hay que retro traerse en el tiempo y recordar cuando éramos pequeños para entender las caritas de nuestros niños viendo pasar la cabalgata. Era algo que no se puede explicar. Esa ilusión se transmite a loa adultos y nos volvemos algo de niño. Qué pena dejar de ser niño.
Mis padres me llevaban a calle Larios y tengo en mi mente, una cabalgata llena de pastores, rebaños de ovejas, pastorales, camellos etc. Las pastorales andaban por las calles de Málaga, y la gente les echaba monedas. Especialmente recuerdo que a la cabeza de las pastorales iba un pastor haciendo sonar una cuerda (honda) contra el suelo. Era la cuerda que utilizaban para lanzar piedras a la oveja descarrilada, pero sin hacerle daño. El ritmo de las zambombas y panderetas era elevador, me llenaba el espíritu. De mayor me enteré que las zambombas la hacían con el pitón de las pitas, es decir de la raíz dejándola hueca, y colocándole el carrizo con tela. ¡Menudo trabajo!
El nacimiento era sagrado en todas las casas y papa noel no existía. Se iba a la misa del gallo y los juguetes eran sencillos: los mecanos, las pistolas cuya bala era de corcho, bicicletas cuyos pinchazos los niños arreglábamos con un parche de goma. Muñecas, cochecitos, fuertes apaches, y poco más. Pero no necesitábamos más. Si nuestro rey no te dejaba un camión, lo sustituíamos por una caja de zapatos la cargábamos y con una cuerda tirábamos de ella y tan felices.

Y es que la escasez provoca ilusión. Estas cabalgatas se han perdido y poco a poco se han ido desnaturalizando. Se han transformado en un desfile de cualquier cosa que no tiene nada que ver con los motivos de la navidad, excepto los tres Reyes que los colocan en carretas sofisticadas. Yo tengo punto de referencia y puedo comparar, pero nuestros nietos no lo tienen y continúan con su ilusión que si que perdura. Esa es la gran suerte de ser niño. Pero los mayores la podemos recobrar organizando cabalgatas de trenes y aviones llevando lo que nos sobra a los que están escasos. Os recibirían con gran ilusión y nosotros seriamos más felices. Teresa de Calcuta decía: EL QUE VIVE SIN SERVIR NO SIRVE PARA VIVIR.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€