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El Candil

Que silencio más elocuente

Desperté por un silencio abrumador tal madrugada del día DOS, que raro me dije, no oía el dulce sonido del de la basura enterrada levantando el buzón, tampoco oía loagradable del bullicioso motor que con prisa tardía iba aceleradoa ejecutarsumenesteroso trabajo, o aquel otro de conversación a voz en grito del sordo de turno que del móvil despachaba su … …conversación, o del dislocado nervioso al que no le arranca el motor; qué sé yo de todo ese murmullo más o menos alejado que hace de mi ancianidad sacrificio por obligado despertar, que obra del ladrillo tiene "patente de corso" para operar sea día o noche por más de once horas, sea públicao privada. Qué más da, son preferencias que se saltan la ordenanza de una legislación laboral añorada, en aras de un poder de reparto, que infundado nos impusieron en su día por el ¡bum! de la construcción hipotecada al servicio de la "usura" y el monopolio de la comisión…
Ahora bien, créameusted que mi sensibilidad con la edad ha aumentado y es explicación esta de que eso de favorecer a la tercera edad es un cuento. Ante don impetuoso poder delinterés y no por cierto de servicio a la sociedad, se inclinan promesas ofrecidas antes como panacea de un ecologismo visceral, a los pies de don capital sean 8 o 10 o incluso 20 la sociedad de poderes económicos.

Pero es verdad, fui feliz en ese espacio de tiempo, pensé estaba en la montaña "alejado de mundanal ruido" haciendo copia a Santa Teresa de Jesús como si yo fuera San Juan de la Cruzen claustro fe, por aquello de que en este "nuestro País" se tomara en serio lo que es naturalmente ecológico y no llegar a tener que "tomar Madrid" con bandera tricolor ante lo gris de su aspecto. Dejando limpias de polvo y paja las contaminadas calles y pulmones de madrileños peatones sofocados. Por ejemplo, aunque bien es verdad que lo de Pekín por roja como no pongan la verde de Greenpeace, tal y como hacen aquí,no lo van arreglar tan fácilmente.

Y es curioso que, me recordó este silencio aquellos años 69, claro que, en aquel entonces no se pedía bicicletani carril ya que íbamos a pie con garbo airoso, prestos al trabajo, lavados y con 15' para un café, incansable haceren 7 horas continuas u 8 partidas sin 15' para el del café. Eso sí, sin retrasos de pago ya que los orgánicos trabajaban socialmente bien. Y hoy los plurales se despistan, echando la culpa a ¿los recortes?, pero que le vamos a hacer, si hoy hasta el silencio tiene que pedir permiso.

En la próxima les contaré de lo que me pasó en correos que, quise certificar una carta de cierta oficialidadcon acuse y al final tuve que echarla en el amarillo buzón como una "cualquiera" y sellada en el estanco.

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