CpM, PSOE y C´s han expresado diferentes motivos para justificar su voto en contra de los Presupuestos y muy probablemente mantendrán los mismos argumentos en el pleno, que además suelen coincidir año tras año y casi siempre encuentran las mismas respuestas desde las bancadas de enfrente, que ocupa el Gobierno melillense Después de casi un mes de debates, y semanas de dimes y diretes entre Gobierno y oposición, los Presupuestos de la Ciudad Autónoma de 2016 serán aprobados en la Asamblea de manera provisional por el Pleno de la Asamblea. A priori no se contempla otro escenario diferente, habida cuenta que el debate presupuestario ya quedó zanjado el miércoles en la comisión con el único apoyo de los dos partidos que sostienen el Gobierno, PP y PPL, a pesar del rechazo en bloque de los otros partidos de la oposición, que conforman el otro 48 % de la representatividad en la Asamblea. CpM, PSOE y C´s han expresado diferentes motivos para justificar su voto en contra y muy probablemente mantendrán los mismos argumentos en el pleno, que además suelen coincidir año tras año y casi siempre encuentran las mismas respuestas desde las bancadas de enfrente, que ocupa el Gobierno melillense.
Todo ello contribuye a que el pleno presupuestario sea un déjà vu permanente, aunque este año será diferente por varios motivos. El primero y principal, por el cambio de escenario obligado por el terremoto, que ha afectado seriamente al Salón de Plenos y obliga a celebrar a partir de ahora las sesiones plenarias de la Asamblea en el Salón Dorado, algo que sólo ocurría en la sesión constitutiva para arrancar la legislatura. Además, PPL vivirá por primera vez este pleno de presupuestos desde la bancada del Gobierno, a diferencia de lo que ocurrió en los cuatro años anteriores, cuando se sentaba junto al resto de grupos de la oposición esgrimiendo argumentos que se han podido escuchar en estos últimos días a PSOE, CpM y, sobre todo, C´s, que parece haber heredado el papel que antaño ejercía PPL. La oposición protesta porque no se le tiene en cuenta sus protestas, pero con ello también olvida que quienes fueron elegidos para asumir la responsabilidad de gobernar -y de hacer los presupuestos- no fueron ellos, sino otros.
La fecha tardía también es otra diferencia de los presupuestos de 2016. Pese a que los debates empezaron en enero y la aprobación inicial será casi a mediados de febrero, este año no es el que más retraso acumula. No hay que olvidar que en 2012 se batió el récord con la aprobación de las cuentas de aquel año entre mayo y junio como consecuencia de la decisión de Zapatero de adelantar las elecciones generales a finales de 2011 sin haber confeccionado previamente los Presupuestos Generales del Estado de 2012, que son necesarios como base de las cuentas de cada autonomía, entre ellas Melilla. También es cierto que entonces había un motivo para que los presupuestos locales se aprobaran ya metidos en verano y que ahora no ha habido una razón de fuerza mayor que haya obligado a retrasar el inicio de los debates de esta manera, menos aún cuando los Presupuestos del Estado de 2016 se han aprobado antes que nunca para poder convocar las elecciones generales del 20 de diciembre.
El Gobierno de la Ciudad alega que ha sido complejo cuadrar los números y que no hay problema alguno si iniciado el año no hay presupuestos nuevos porque se prorrogan automáticamente los anteriores, pero eso no quita razones a las quejas de la oposición por la tardanza, que seguramente conllevará un tirón de orejas del Tribunal de Cuentas más adelante, como ya ha ocurrido otros años en que los presupuestos no estaban aprobados antes del 1 de enero. Seguramente este retraso no es tan grave como algún partido de la oposición lo ha querido pintar, pero esto debe hacer que el Gobierno tome nota para evitar que vuelva a producirse de cara a los próximos años.
