Muchos le han parado por la calle para preguntarle si era verdad que él era el de la falsa bomba. “¿Te crees que yo voy a hacer eso? ¡Es de locos!”, reacciona el investigado, que cree que su puesta en libertad sin fianza ya es una prueba de que no es un peligro público. Ahora, tras salir a la calle, está intentando volver a su vida normal aunque todo esto se la haya “cambiado completamente” y tenga que ir al juzgado los días 1 y 15 de cada mes a firmar. Sigue con su trabajo y ya ha decidido que si todo esto se aclara, pedirá daños y perjuicios: “Me han destrozado”, insiste este hombre, que ha decidido recurrir a MELILLA HOY para pedir a la Policía que continúe buscando a quien puso aquella falsa bomba, fabricada con un viejo móvil, tres cilindros huecos y algunos cables.
“Su trabajo no está hecho, el causante o causantes de esto están en la calle y por lo tanto, la alarma social continúa fuera. Y a mí me han maltratado, me han humillado y me han tratado como a un perro porque alguien me ha señalado porque si no, ¿por qué me va a coger la Policía si no tienen ninguna prueba contra mí?”, es la pregunta que no deja de rondarle la cabeza desde hace cuatro días a este melillense al que acusan de ser un terrorista.
