La mujer del guardia civil rescatado el pasado 30 de enero en la playa nueva de Horcas Coloradas cuenta la historia de presunto acoso laboral sufrido por su marido y cómo llegó a la situación en la que los bomberos le encontraron inconsciente hace apenas una semana. En este sentido, aseguran que el guardia nunca fue receptor de ningún tipo de prevención en esta materia, algo que sí recoge el Plan Preventivo de Asistencia Psicológica (PPAP) en dichos casos. Sin embargo, desde el Servicio de Asistencia Sanitaria señalan que hay material disponible sobre prevención en casos similares y se han dado conferencias a oficiales y suboficiales sobre esta materia por parte del Servicio de Psicología que se asienta en Málaga. La mujer del guardia civil rescatado en la noche del pasado sábado 30 de enero en la playa nueva de Horcas Coloradas, aseguró en una entrevista con MELILLA HOY que tras el suceso, la Unidad de Psicología de Málaga es quien le ha remitido que asista para una evaluación. Sin embargo, sus familiares no comprenden cómo en el estado que se encuentra, tenga que ir solo hasta la provincia andaluza.
Ante esta situación, la familia ha decido dejar pasar unos días tal y como también le recomendaron desde el Servicio de Asistencia Sanitaria de la Comandancia General de Melilla, por el estado en el que se encuentra. Actualmente, el guardia está en baja médica y acompañado siempre por sus familiares.
Asimismo, aseguran que parte del Plan Preventivo de Asistencia Psicológica (PPAP) no se ha cumplido o ha sido días más tardes. Entre ellos, las conferencias informativa sobre estrategias de prevención, detección de situaciones de riesgo o del propio fenómeno del suicidio en al menos tres años, así como tampoco haber llevado campañas divulgativas sobre cómo gestionar este tipo de situaciones, ni el propio guardia ni sus familiares.
De la misma forma, señalan que si bien fueron atendidos en urgencias por un psiquiatra nada más ocurrir el suceso, no fue hasta los dos o tres días después cuando se comunicaron con los familiares pese a lo que recoge el PPAP en estos casos.
Presunto acoso laboral
La mujer del guardia civil relata como su marido ha vivido episodios en los que no solo le han mantenido en determinadas patrullas durante un largo periodo de tiempo, sino de cómo mandos le han culpado directamente, en ocasiones, cuando no ha sido responsabilidad del guardia.
En una de las ocasiones, relata su mujer, estando en la Garita de Vigilancia del Museo Militar y finalizando su jornada y entrando un compañero, una patera llegó hasta la costa, y el mando lo responsabilizó a él de que se le hubiera "colado" cuando en el momento que entró ya estaba su compañero.
Similar suceso denunció su mujer que le ocurrió al guardia civil en otra ocasión, cuando estaba en el perímetro fronterizo en Barrio Chino, y estaba a dos kilómetros de un salto en el que estaban vigilando otros ocho guardias más cercanos a la zona donde se produjo el salto y también el mismo mando le culpabilizó a él.
En otra ocasión durante una pausa, fue relevado por otra compañera, y se trasladó hasta la cafetería cuando nada más llegar, le llamaron únicamente a él, por haber dejado el servicio, aunque no a los otros compañeros que también estaban de guardia y con los que había realizado el descanso. Según cuenta su mujer, el mando afirmó a los otros guardias: "Vosotros no os preocupéis, que sólo voy a por él".
Desde la familia cuentan el caso con el fin de que otros guardias que saben que han sufrido casos similares, se atrevan a denunciar, y remitan su caso con el fin de que no lleguen a la situación que atravesó el guardia el pasado sábado 30 de enero.
Pasos en casos similares
Aún así, desde el Servicio de Asistencia Sanitaria señalaron a este diario, que su función no es la de llevar a cabo un diagnóstico y tratamiento, algo que es propio del seguro médico de cada guardia civil, sino de tramitar y atender en el caso de la salud de los guardias civiles y sus familiares, motivo por el cual la unidad ha recibido diez felicitaciones.
En cuanto al hecho, de que un guardia civil intente quitarse la vida, es el Servicio Sanitario el que, cuando se le notifica un caso, lo traspasa a la Unidad de Psicología dependiente de la Comandancia de Málaga, quien evalúa su estado para si ver que es lo recomendable.
Y es que la Guardia Civil como institución debe seguir el denominado protocolo ante conductas anómalas, a través del que ante cualquier conducta que vean fuera de lo normal, es posible la retirada del arma y posterior evaluación psicológica. Aún así, no siempre los agentes afectados o compañeros notifican el hecho y en ocasiones reciben a través de otro tipo de medios.
Asimismo, cuando desde el Servicio Sanitario se tienen dudas o a petición del propio guardia civil, se solicita un reconocimiento no periódico a la Junta Médica Pericial quien determina la capacidad y situación psicofísica de la persona para ejercer de guardia civil quien puede llegar a determinar cambios de servicio por determinadas limitaciones transmitiendo dicho informe a la unidad, que debe cumplir con el mismo.
De la misma forma, el Servicio de Asistencia Sanitaria señaló que el pasado año desde la Unidad de Psicología de Málaga se impartieron diversas conferencias a oficiales y suboficiales que trataba no solo el tema de conductas de este tipo sino de cómo se debe gestionar un buen ambiente de trabajo, ya que es imposible llegar a todos los agentes, para lo cual señala tienen a disposición material de los planes, así como los teléfonos correspondientes en la Intranet de la propia Guardia Civil.
