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Ventana al mundo

Crisis y Solidaridad (III): Ideas fuerza para construir la Unión Europea Educación Medioambiental: Hacia una mayor calidad de vida sostenible

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Con una esperanza de vida más larga y el tan ansiado descenso de la mortalidad infantil, las necesidades básicas (alimentos, vivienda, educación y salud) crecen constantemente, así como el consumo sin límites de una sociedad que muy a menudo se identifica a sí misma con lo que posee en lugar de con lo que es y lo que sabe.

Por estos motivos, el impacto de la actividad humana sobre la biosfera se ha multiplicado por cuarenta en el último siglo, y ahora el mundo produce en sólo quince días lo que le habría llevado todo un año en 1900. Además, las diferencias abismales en relación a la tecnología y el bienestar entre países ricos y pobres están provocando en la actualidad los incipientes movimientos migratorios masivos de los exiliados económicos del futuro.

En suma, las disparidades en el bienestar que dividen el mundo en dos son enormes y siguen aumentando.La parte industrializada del mundo tiene acceso al 75% del producto mundial para apenas un 15% de la población, mientras que el resto de personas viven en medio de la ignorancia y están enfermas y hambrientas. Los ejemplos de este desequilibrio espectacular abundan por todo el mundo, por ejemplo, entre los países de la OCDE y África, de Europa oriental y occidental, de Norteamérica y Sudamérica, etcétera. De hecho, la pobreza puede considerarse la peor «contaminación» que sufre el planeta.Por esa razón no es extraño que empiecen a producirse enfrentamientos sociales cada vez más frecuentes en muchos países, además de grandes movimientos migratorios inminentes de exiliados económicos, si no conseguimos acabar localmente con el subdesarrollo. Aparte de estas cuestiones de considerable importancia, también encontramos afortunadamente muchos aspectos positivos que influyen a la hora de enfrentarse a éstos y a otros desafíos dentro del amplio panorama de la problemática mundial. Por lo menos, existe cada vez una mayor conciencia de la interdependencia de los países y de la propagación de los fenómenos medioambientales por todo el planeta. Aunque aún se resisten de algún modo, los países más industrializados están empezando a aceptar una cierta responsabilidad medioambiental tanto dentro de sus propias fronteras como a nivel global. También los países menos desarrollados son cada vez más conscientes de que sus administraciones deficientes y el perjuicio que éstas causan a su propio patrimonio medioambiental representan una amenaza a medio plazo en la búsqueda de un mayor bienestar. Hay que añadir que la perspectiva de poder emplear energía de fusión, aunque no antes de 2050, han mejorado en los últimos tiempos. Si se cumpliera esta expectativa disfrutaríamos al fin de una energía abundante, relativamente limpia y barata. Aún más importante resulta el avance progresivo, aunque todavía insuficiente, en materia de leyes nacionales e internacionales destinadas a regular los delitos ecológicos.A ello suma el desarrollo institucional en materia de medio ambiente para la investigación, el control, la transferencia tecnológica, las compensaciones económicas y la promoción de políticas de desarrollo medioambientales para asegurar un progreso económico, social y humanamente sostenible. Para conseguir este objetivo ya se está empezando a considerar, por suerte, la introducción y expansión de programas de educación medioambiental en los sistemas educativos y en la enseñanza no formal.

En pocas palabras, el acceso al conocimiento sobre el estado actual de la cuestión y las perspectivas de futuro para la evolución de la biosfera, así como la información sobre medidas futuras y actuales destinadas a conservar la naturaleza de forma eficiente y conseguir un desarrollo sostenible, constituyen una obligación y un derecho de suma importancia para todos nosotros. El presente conflicto suicida entre hombre y naturaleza debe transformarse tan pronto como sea posible en una relación armoniosa.

Evidentemente, cada sociedad espera asegurar su propia supervivencia por encima de todo y también alcanzar la más alta calidad de vida posible. Sin embargo, la tarea consiste en permitir que todas las sociedades y regiones del mundo entero contribuyan a desarrollar unas expectativas similares, sin que la situación económica de ningún país se vea perjudicada respecto al resto y sin poner en peligro las necesidades y las esperanzas de los futuros habitantes de esa zona, país o región del planeta.

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