Hace unos días un buen amigo, historiador, asomándole su vena de poeta, me comentaba lo bonito que está el Cementerio, todo limpio y enjalbegado, y con sus flamantes lavabos: “Oye, Juan, fíjate, que parecía que los héroes de tus cartas, estaban asomados a los acantilados luminosos, tomando este sol otoñal”. Bonita frase, ¡eh!. Yo le contesté que no eran solo míos …
…esos héroes, sino de todos los españoles, y muy particularmente, de los melillenses. Le pregunté si alguno de ellos lo saludó, como suelen hacerlo los que escriben estas humildes cartas dirigidas a todos nosotros. Claro que la respuesta hubiese sido algo utópico, o una bella ilusión. Hoy quien escribe es un 2º Teniente de Infantería; pero es mejor que sea él el que se presente, y dice así:
“Queridos melillenses: Soy José Fernández de Guevara y Makenna, 2º Teniente del Regimiento Melilla nº 59. Tengo 22 años, y hace solo dos, en septiembre de 1907, tuve el honor de recibir de manos de mi padre, el Comandante de Artillería, D. Enrique Fernández de Guevara y Zaragoza, el sable de oficial. Os estoy escribiendo desde la fila 1, nº 5, del Panteón de Margallo, en este bonito jardín de La Purísima. Como muchos de ustedes sabrán: Mi madre: Dª Blanca, me trajo a la vida en Barcelona, el 10.10.1886. También recordarán, que los moros me mataron en Sidi Musa, el 23.07.1909, junto a varios compañeros, entre los que se encontraba, mi buen amigo, el Corneta del Regimiento: Pedro Gallardo Jiménez, que desde que cayó muerto en la misma posición, no se separa de mi lado. Siempre anda el hombre con su corneta colgada a la bandolera, y la verdad es que no lo hace mal del todo. Este muchacho tiene 24 años, es soltero, y su oficio es el de labrador. Bueno también diré que nació en Almería, pero no está seguro si fue en la misma capital o en una aldea cercana, llamada: Cañada de San Urbano. Junto a nosotros anda otro labrador: Vicente Ferrer Vázquez, también soldado de nuestro Regimiento. Este nació en un pueblo de Alicante: Pedreguer, que según me dice siempre, muy orgulloso él, “Mi pueblo, mi teniente, es muy grande; ya ve usted si es grande, que tiene más de cinco mil almas”. Vicente murió de tifus a la una de la madrugada del 22.11.1909. Tanto el corneta almeriense, como este alicantino, como no saben escribir, siempre debo hacerlo yo, cosa que me agrada, porque los tres rondamos los mismos años, y casi nos tuteamos; y además con mis conocimientos de alemán y francés, les voy inculcando las letras; al menos para que puedan leer las cartas que les envían. Desde las escaleras de este Ángel que mira al cielo, nos despedimos los tres, con un abrazo muy fuerte para todos ustedes, mis queridos melillenses; y no dejen de visitarnos, aunque sea después del día dos de noviembre, que es cuando, las autoridades, nos visten de gala; aunque para nosotros, cualquier día del año nos satisface, ya que solo deseamos vuestras sonrisas, y alguna que otra oración por nuestras almas. Comprobaréis que nuestros besos vuelan agradecidos por entre estas tumbas silenciosas. Un fuerte abrazo”.
Yo pienso que el sol, con sus reflejos, tiene una manera muy sutil de besar estas tumbas, y panteones, ya que siempre lo hace respetando el sueño eterno de nuestros héroes.
“Hojitas voladoras, no eran otras,/ que las alas de las mariposas. / Las quietas solo olían,/ porque eran los pétalos de las rosas”. Recordando mis correrías por el Cementerio, de cuando era un chaveílla, observando las rosas de una tumba cercana a la capilla, estos humildes versos se los dedico a todos los que están enterrados en sus jardines. Y para tener encendida la llama de mi perenne petición, repito que el Cementerio de La Purísima, debe denominarse: “CEMENTERIO NACIONAL DE HÉROES”.
También si desean leer el “Pedimento de la Virgen de la Victoria”, solo deben escribir: http://.pedimento.blogspot.com.es/
