Un total de 83 ciudadanos no podrán volver a sus casas en Melilla a corto plazo debido a los daños que han sufrido como consecuencia del terremoto de 6.3 grados registrado al Sur del Mar de Alborán el 25 de enero, que se percibió con mayor intensidad en nuestra ciudad. El vicepresidente primero del Gobierno melillense y consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, explicó ayer que esta cifra de ciudadanos es poco más de la mitad de los 160 que fueron desalojados tras el terremoto, que forman parte de 43 familias, por los daños que sufrieron un total de 24 edificios.
De esos 24 inmuebles, que están ubicados en diferentes distritos de Melilla, 23 han sido ya analizados por los técnicos y el que queda está siendo apuntalado porque es incluso peligroso para ser visitado por los técnicos, señaló el consejero.
En total, 7 han podido ser ya realojados, mientras que los otros 17 aún están vacíos casi tres semanas después del terremoto, de los cuales 3 podrán volver a ser ocupados por sus propietarios e inquilinos a corto plazo y 13 presentan daños más graves que obligan a mantenerlos desalojados a medio y largo plazo, ya que alguno incluso podría ser declarado en ruina.
Esta situación afecta a 23 familias, a las que la Ciudad Autónoma buscará otros sistemas de alquiler si son arrendatarios o de realojo si son los propietarios de las viviendas afectadas, dijo Quevedo, que ha reconocido que para los primeros la solución es “bastante más fácil” porque se pueden encontrar otras casas en alquiler.
