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Carta del Editor

Justicia e injusticias

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"La sentencia del Tribunal Supremo no es sólo una victoria para el político Imbroda, sino para el conjunto de nuestra ciudad, especialmente, en este caso, para los medios de comunicación afectados y gravemente dañados por una denuncia falsa, una más de entre tantas protagonizadas por tipos tan absolutamente nefastos como Julio Liarte, afortunadamente apartado ya de toda responsabilidad pública, o Emilio Bosch, conocido por sus compañeros de partido como "El piticlín" durante su horrible y hasta ridícula etapa pública"

"La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha archivado la causa contra el presidente de Melilla y senador del PP, Juan José Imbroda, tras descartar prevaricación y malversación de caudales públicos en el reparto de la publicidad institucional de la Ciudad Autónoma de Melilla. Se trata de una victoria para el político, que estaba acusado por la firma de unos convenios con medios de comunicación". Así resumía el jueves el diario El Mundo en la sección Voz Populi de su página cuatro lo que había ocurrido el día anterior y que no es sólo una victoria para el político Imbroda, sino para el conjunto de nuestra ciudad, especialmente, en este caso, para los medios de comunicación afectados y gravemente dañados por una denuncia falsa, una más de entre tantas protagonizadas por tipos tan absolutamente nefastos como Julio Liarte, afortunadamente apartado ya de toda responsabilidad pública, o Emilio Bosch, conocido por sus compañeros de partido como "El piticlín" durante su horrible y hasta ridícula etapa pública.

Imbroda ya ha anunciado que emprenderá acciones legales contra esos dos protagonistas de denuncias falsas, como yo pienso hacer pronto, cuando quede claro que lo falso es falso y que, como declaraba el jueves Juan José Imbroda, "elevar las disputas y dudas administrativas a la categoría de lo penal es un absurdo". Inluso, añado yo, es más que un absurdo, es un delito que, repetido muchas veces y en diferentes ámbitos, siempre con esos dos tipos a la cabeza de las denuncias, a veces con el añadido del fracasado político que es Dionisio Muñoz, han causado un inmenso daño a personas claramente inocentes, en primer lugar, y, lo que es aún peor, un daño irreparable a la inmensa mayoría de los melillenses, al conseguir casi la paralización absoluta de muchas áreas de la administración pública local y el lamentable espectáculo de unos funcionarios comprensiblemente aterrorizados que se niegan a firmar cualquier cosa.

Leo el caso de una persona absuelta tras doce años de prisión por unas violaciones que no cometió, tras rectificar el Tribunal Supremo a la Audiencia de Málaga en un recurso extraordinario de revisión que, según los magistrados del Supremo, "representa el triunfo de la verdad material frente a la verdad formal". Y la pregunta inevitable que genera este tipo de cosas de la justicia, una pregunta que todo el mundo se hace, los políticos incluidos (aunque en público siempre digan que confían en la justicia, una patente falsedad) es si los magistrados de la Audiencia de Málaga, o los fiscales del caso, o los policías o guardias civiles que realizaron las investigaciones que terminaron en tan fatídico error y tan terribles consecuencias para un inocente que lleva doce años encarcelado, van a tener algún tipo de responsabilidad por su error, y pagar por ello. Esa es la pregunta inevitable, como inevitable es la respuesta: no, no van a pagar nada por su error, porque para ello se tendrían que juzgar a sí mismos, y eso ni ha ocurrido (salvo escasísimas excepciones que confirman la regla), ni va a ocurrir. ¿Va a pagar algo, de alguna forma, el que fuera titular del Juzgado 3 de Melilla por haber tramitado y elevado al Supremo la denuncia, la falsa denuncia, contra Imbroda, en vez de archivarla por falsa y falta de fundamento? Apuesto a que no. ¿Lo va a pagar la fiscal melillense que de oficio en vez de actuar contra el terrorismo callejero del que fuimos víctimas lo hace para amenazarnos por publicar y reproducir algo que unos funcionarios públicos nos habían declarado? Me temo que tampoco. Y prefiero no citar más ejemplos, porque, como las meigas gallegas, haberlos haylos, y muchos.

Claro que no es sólo en el ambito de la justicia donde hay errores e injusticias. También las hay en ámbitos como la distribución de la electricidad en Melilla, una situación oprobiosa que la inmensa mayoría de los melillenses sufren y denuncian y cuyo mantenimiento es difícil no ya sólo de explicar, sino incluso de llegar a comprender. Si pudiéramos, como los funcionarios públicos de Fomento o Medio Ambiente pueden, abrir alguna de las múltiples arquetas por las que discurren diferentes cables transmisores de energía eléctrica, se descubrirían también unos cables sospechosos y no autorizados que parecen de trasmisión de señales televisivas, presumiblemente instaladas para una televisión, asimismo alegal, desde la que el monopolista, enormemente enriquecido, de distribución eléctrica en Melilla insulta y, presumiblemente, calumnia a diestro y siniestro. ¿Por qué no se destruyen esos cables?, me preguntan. No lo sé y no lo comprendo, respondo, así que les paso la pregunta a los responsables de las áreas municipales pertinentes, que sin duda deben tener una respuesta para tan extraña y grave situación ciudadana, aunque no acierto ni tan siquiera imaginar cual puede ser la respuesta ante tan grave y tan duradera inacción.

En otro orden de cosas de nuestra ciudad, me parece una pena que una institución, como el Bar Aragón, desaparezca por un procedimiento de declaración de ruina inminente. Me permito solicitar que las partes implicadas en la disputa, el propietario del local, el arrendatario, la Ciudad Autónoma, traten de buscar una solución que permita que una familia que tanto se ha hecho querer a lo largo de tantos años de vida melillense no desaparezca de un panorama empresarial en el que, por múltiples razones, cada vez van quedando menos melillenses con arraigo. Perder nuestras tradiciones es perder nuestra vida, es una grave pena (como lo es rendirse ante las injusticias, dicho sea de paso).

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