No a todos les ha afectado por igual el terremoto, o al menos sus consecuencias. Unas 30 personas se concentraban en la mañana de ayer en la Plaza de España reclamando mayores ayudas para poder adquirir una casa y es que a pesar de la promesas por parte de Bienestar Social de sufragar el primer mes, ningún arrendador les alquila un inmueble dado que la mayoría de ellos no tienen ingresos ni nómina que avale el pago de las viviendas. Las familias que sufrían mayor temor de quedarse sin vivienda eran las alojadas en la Residencia de Estudiantes y Deportistas porque si bien desde la Consejería de Bienestar Social les animan a buscar una vivienda, desde la residencia les indican que el 31 de marzo deben abandonar las dependencias. Esta situación ha dado lugar a que familias alojadas en hoteles que no tuvieran fecha de salida, teman que les echen en cualquier momento.
Además, tal y como señalaron en su primera concentración, las condiciones en las que viven en los hoteles no son las adecuadas, al menos para los más pequeños, quienes no se terminan de acostumbrar a las comidas frías y los más mayores, a no tener sitios donde lavar la ropa.
Así lo relataron a los medios unos padres con dos niños, de dos meses y cuatro años, que llevan desde hace 15 años en la ciudad, a quienes el pasado 25 de enero los Bomberos desalojaron de su casa en alquiler en la calle Gran Capitán. Actualmente se alojan en la Residencia de Estudiantes y Deportistas y ya les han dado fecha de salida. Ninguno de los dos tiene empleo y todos los propietarios les solicitan una nómina para poder alquilar otra vivienda.
Similar situación la de otros padres, con cuatro niños, de nacionalidad holandesa pero con residencia en la ciudad. Antes pagaban 450 euros por su piso que se encontraba en los alrededores del Conservatorio, aunque desde el terremoto los desalojaron de su vivienda y lo alojaron en un hotel. En el caso de esta familia, no les han puesto fecha de salida, pero van buscando otra vivienda. Hasta 800 euros les han pedido por un inmueble donde puedan alojarse los seis, algo con lo que actualmente no cuentan.
A otros padres de nacionalidad marroquí, pero con sus dos hijos nacidos en la ciudad, directamente les señalan que se trasladen a Marruecos. "Tenemos miedo", asevera su madre quien señala que los niños están escolarizados en la ciudad y que no está dispuesta a irse al país vecino donde además aseguran no tener a nadie. Su vivienda también estaba situada en la calle Gran Capitán y están teniendo muchas dificultades para encontrar otra vivienda.
En el caso de otros padres con dos niños, tenían una vivienda heredada en Cuatro Caminos, de la que han tenido que salir tras el terremoto. Sin empleo y con apenas 800 euros en la cuenta, los propietarios de otras viviendas no les permiten alquilar una casa.
En Primo de Rivera tenían su vivienda desde hace 9 años otros padres con tres niños. Ahora su vivienda se encuentra hasta con 14 puntales, explica el padre en declaraciones a los medios. Su vivienda no solo ha sufrido el primer terremoto del pasado mes de enero, sino que además en una de las réplicas se les ha caído un tabique entero, por lo que ven muy lejos poder volver a su casa.
Otra de las familias ha tenido más suerte. Karima antes del terremoto ya había solicitado una vivienda a Emvismesa, y ha cumplido los requisitos para entrar en el sorteo de viviendas, pero hasta dentro de dos meses no podrá saber si podrá contar o no con una vivienda de protección oficial.
