Que el discurso político sobre la pobreza se está convirtiendo en un instrumento recurrente con el que, cada día más, se comprueba el vacío programático y la falta de políticas serias capaces de solventar este problema, salta a la vista, cuando partidos como PSOE,CPM, Cs y PODEMOS, se dedican más a dar lecturas estadísticas que, a dar alternativas, aunque estas fueran, tan ridículas como la que propone la «podemita» alcaldesa de Barcelona Ada Colau, con el impulso y la creación de un sindicato de manteros.
Es claro que, alternativas tan ridículas como estas, por su productividad, deberían de ser reconocidas como eje en la activación del empleo en la zona euro. Y es que, para ejemplos de sabiduría política nos sobra ya, con la del errático de Pedro Sánchez que, se obsesiona por impulsar una nueva red asistencial, sin ninguna cobertura de fondos (tal como hiciera Zapatero promulgando leyes sin cobertura económica), aparte de la ya existente y, a la que llama: ingreso mínimo vital, sin explicarnos cuáles son las líneas económicas de su sostenibilidad. Aunque, a decir verdad, escuchando a su designado ministro de exteriores en la sombra Josep Borrell, proclamar un incremento del gasto militar del dos por ciento del PIB, (casi unos 300.000 millones de euros), la cuestión del ingreso mínimo vital, aun de ser bonita, no suena sino que es, una broma que no acaba aquí, ya que a esto, tendríamos que sumar la reforma laboral y los muchos gastos derivados del consumo que se pretenden subvencionar: el agua , la luz, el alquiler de las viviendas y otros muchos.
Cierto que las expectativas que levantan tales propuestas nos superan, nos encantan, pero sin dejar de trasladarnos directamente a la ficción. Pero a esto, más nos supera el engaño cuando descubrimos después que, las propuestas no se ajusta y ni, son viables para la realidad económica del país, con lo que solo nos embaucan interesadamente, atapándonos en un deseo partidista de temporada electoral, cuyo objetivo es engañar a los ciudadanos para conseguir su voto.
Y es aquí donde PSOE, CPM, Cs y PODEMOS, no entienden, que los números son lo que son: números y que, por su naturaleza, no se reproducen acumulativamente por milagros sino que, salen del trabajo y el esfuerzo de los ciudadanos, de forma contable. Por lo que serán necesarios programas y pautas económicas precisas y contables que, con honradez de objetivos, tengan un esquema real, asumible en la relación del gasto y los fondos recaudados.
A todo esto, dado lo aventureras que resultan las propuestas, relatadas en ese cuento interminable del ofrecimiento indiscriminado para el gasto de los fondos públicos, no nos sorprende que PSOE, CPM, Cs y PODEMOS no tengan un programa elaborado con propuestas definibles, concretas y sostenibles, para paliar un problema social como el de la pobreza. Como no nos sorprende el uso calamitoso y cínico que hacen de una realidad social que, afecta a las personas y que, en suma, recorre de forma muy sensible toda la estructura de la familia.
Por ello no nos extraña tampoco que PSOE, CPM, Cs y PODEMOS solo se planteen como única acción, la descripción interesada de la realidad de la pobreza, con lecturas estadísticas de nuestra sociedad, sin interesarles la solución de este problema y, sin aportar nada que signifique unir esfuerzos, aun del compromiso que adquieren con los ciudadanos, no aportando nada a la sociedad de todos, simplemente, porque aparte de pensar de que no existe ese imaginario, además no tienen, humanamente, nada que aportar, más que un afilado cinismo con el que destrozan toda posibilidad entendimiento.
Sin duda, es claro que asistimos a una etapa donde la ausencia de argumentos, es la razón y la expresión de quienes, no importándoles de que trate la realidad o la situación, la utilizan falaz y cínicamente, hasta pretender con su distorsión, culpar a sus oponentes políticos, convirtiendo en instrumentos los más elementales sentimientos de la dignidad humana. Y esto es así, cuando convierten a la pobreza en un instrumento recurrente de la lucha política, sin el ánimo de cooperar y solucionar el problema, subrayando de forma evidente que, el verdadero interés de PSOE, CPM, Cs y PODEMOS está en que la pobreza persista como baza política, con la que se pretende alcanzar el poder, más que cooperar en la erradicación de ese problema social, con un nuevo criterio y protocolo humanizante que lo identifique desde el ejercicio político.
A todo esto, es necesario una nueva edición del lenguaje y del tratamiento político de la pobreza en nuestra sociedad melillense, con un gran pacto que identifique su realidad y tratamiento, no basándola en la marginación ni en la segregación, pero si buscando la cooperación de todos, para situarla fuera del escenario de la rivalidad política, ofreciendo, con alturas de miras políticas, dignidad a nuestra realidad social, uniendo los planteamientos reales y sostenibles de todos, fuera de la lucha indiscriminada de poner más negro sobre negro. Porque es claro que según tratemos esta realidad, será nuestra sociedad mañana, lo contrario será siempre sembrar rencor y convertir el sufrimiento de las familias, en una ficha de un juego de poder que, solo demuestra nuestra decadencia.
