Se acusa a un joven de cometer un delito contra la seguridad vial por el que el fiscal le reclama una pena de seis meses de cárcel. Según la versión de la Policía Nacional, el acusado conducía un vehículo en dirección contraria y estuvo a punto de arrollar a dos agentes cuando éstos trataban de darle el alto. Los policías reconocieron “sin ningún género de dudas” al procesado como el autor del delito. No obstante, el joven aseguró que esa noche estuvo en una fiesta familiar, y apuntó a que podrían haberle robado el vehículo. Fuentes judiciales afirmaron a este medio que ya era la tercera vez que el acusado comparecía ante un juez por ser el presunto autor de un delito contra la seguridad vial. Según declararon los agentes de la Policía Nacional, los hechos sucedieron la madrugada del 15 de mayo de 2015.
Ambos policías testificaron que, cuando patrullaban por una calle de único sentido de la barriada del Monte María Cristina, observaron a dos vehículos que se aproximaban hacia ellos a gran velocidad, conduciendo en dirección contraria. Según relataron, tuvieron que salir del coche policial y, aunque afirmaron que lograron dar el alto a uno de los turismos, dicen que quedaron “noqueados” por el mismo.
En la versión de los agentes, el segundo coche avanzó marcha atrás a gran velocidad y dio un giro “con el que casi nos arrolla”, consiguiendo darse a la fuga. En esta línea, los policías incidieron en que pudieron ver “perfectamente” el rostro del acusado, al que reconocieron como la persona que iba conduciendo el coche con el que casi los atropella, presuntamente.
No obstante, el joven acusado asegura que la noche de los hechos él estaba en casa de un familiar, de la que dice que no salió hasta el día siguiente. Según su versión, el vehículo no era suyo, a pesar de estar registrado a su nombre. Señaló que le pagaron por hacerse pasar por propietario del coche. Asimismo, destacó que ya ha puesto varias denuncias por el robo del mismo, apuntando que se lo podrían haber sustraído la noche del suceso.
El letrado del acusado defendió que la zona en la que presuntamente se produjeron los hechos tiene una iluminación muy baja, por lo que, a su parecer, sería fácil confundir los rostros. Por ello, entre otros motivos, apeló a la presunción de inocencia de su cliente. No obstante, el Ministerio Fiscal solicitó una pena de 6 meses de cárcel. La juez tendrá que decidir.
