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Nada es definitivo

La formación política centrista ya ha flexibilizado su férrea oposición de hace tan sólo unas semanas a cualquier acuerdo con un PP presidido por Mariano Rajoy. Primero cediendo, de momento, con una abstención en la segunda vuelta a la investidura del popular y ahora con este acuerdo para la presidencia y la composición de la Mesa del Congreso de los Diputados. Unos acuerdos, eso sí puntuales, que parecen dejar vía libre para atisbar otras posibles negociaciones de cara a una investidura de Rajoy a corto plazo. Continúan revueltas las turbulentas aguas del terrorismo yihadista. Y es tal frecuencia de los últimos atentados que corremos el peligro de acostumbrarnos a que esta sinrazón pase a formar parte de lo habitual, algo en lo que jamás debemos caer. Alemania, una de las grandes potencias mundiales hasta ahora no había sufrido la violencia indiscriminada y asesina de los seguidores del autodenominado Estado Islámico (IS). Pero, cuando todavía suenan los ecos del atentado de la localidad francesa de Niza, en la noche del lunes un joven afgano de 17 años hería de gravedad con un cuchillo y un hacha a cuatro pasajeros de un tren alemán antes de ser abatido por la Policía, en lo que las autoridades califican de probable "atentado islamista", ya que la autoría no está aún confirmada por el ejecutivo de Merkel a pesar de que el IS asumía ayer que el atacante era uno de sus soldados, según informaba Amaq. La agencia añadía que el joven ejecutó su operación en respuesta a los llamamientos de atacar a los países de la coalición que combate contra el IS. La agresión se produjo en un tren regional que circulaba entre las ciudades de Treuchlingen y Wurzburgo, sur de Alemania, con unas 30 personas a bordo. Las consecuencias, son que dos de los cuatro heridos están en estado crítico.

También preocupan, y cada vez más, tanto en Estados Unidos como en Europa las reacciones en forma de fuertes purgas del presidente turco Erdogan ante el intento fallido de golpe de estado del pasado fin de semana, ya que Turquía estudia volver a introducir la pena de muerte para castigar a los "traidores". De hecho, el presidente Erdogan asegura que la pena capital para quienes han tratado de derrocarle está justificada porque se trata de una "petición del pueblo". Una medida que también traería otras consecuencias para el país que desde hace unos años se encuentra en un proceso de adhesión a la UE. La instauración de la pena de muerte conllevaría, de inmediato, el cese automático de una posible introducción en una Europa que le cerraría sus puertas, tal como de forma muy contundente y clara se han pronunciado los “28” arropados por el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, tras la reunión de ministros de Exteriores mantenida el lunes en la capital belga. Es decir, que el ajuste de cuentas que ya afecta a varios miles de personas, 10.000 aproximadamente, entre los que se encuentran, militares, jueces, policías y funcionarios, ha hecho que desde muchas áreas pidan a Recep Tayyip Erdogán que respete el estado de derecho y, en consecuencia, la democracia, los derechos humanos, las libertades fundamentales y el derecho de cualquier persona a un juicio justo. Y en ese contexto es donde la UE recuerda que el rechazo inequívoco de la pena de muerte es un elemento esencial del acervo comunitario. Por tanto, importantísimo no confundir el apoyo inicial contra el golpe de estado, como defensa a las instituciones de un país que necesitaban ser protegidas, a los derroteros que se están derivando de esa situación por parte del gobierno turco.

Y ya en España la hasta ayer ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor, era investida como presidenta del Congreso de los Diputados, tras una votación respaldada por 169 votos procedentes del PP más Ciudadanos con los que se ponía por delante de su rival Patxi López, en 14 votos, ya que el socialista contó con 155 papeletas, las de PSOE más Unidos Podemos y sus confluencias.

Un nombramiento esperado desde el pasado lunes mediante el acuerdo logrado por PP y Ciudadanos por el que la formación naranja respaldaría su candidatura a cambio de conseguir dos puestos en la Mesa del Congreso, la vicepresidencia primera que ha recaído en Ignacio Prendes y una secretaría para Patricia Reyes.

Un acuerdo que se puede interpretar como una especie de antesala o ensayo general para un posible pacto de gobierno, porque por mucho que ese extremo continúa siendo desmentido por los dirigentes de Ciudadanos, la formación política centrista ya ha flexibilizado su férrea oposición de hace tan sólo unas semanas a cualquier acuerdo con un PP presidido por Mariano Rajoy. Primero cediendo, de momento, con una abstención en la segunda vuelta a la investidura del popular y ahora con este acuerdo para la presidencia y la composición de la Mesa del Congreso de los Diputados. Unos acuerdos, eso sí puntuales, que parecen dejar vía libre para atisbar otras posibles negociaciones de cara a una investidura de Rajoy a corto plazo.

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