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Sin pensar en las consecuencias

Es cierto que las familias sufren siempre mayores problemas económicos que el resto y está bien que se les puedan ofrecer todas las ayudas que sean posibles, siempre y cuando no perjudique al resto, como sucede con el caso del DNI Una de nuestras obligaciones como ciudadanos es ir documentados para poder ser identificados cuando se nos requiera. En Melilla, esta premisa es aún más importante por nuestra situación extrapeninsular. Todo el mundo es consciente de que tener el DNI o el pasaporte en regla es imprescindible si quiere moverse más allá de estos 13 kilómetros cuadrados que conforman la ciudad. Pero de un tiempo a esta parte, es ciertamente complicado poder cumplir con esa obligación porque hacerse o renovar el DNI o el pasaporte es misión casi imposible por el colapso del sistema de citas. Este problema es generalizado en toda España porque alguien tomó decisiones sin pensar en las consecuencias.
Nos referimos a la medida del Ministerio del Interior que está en vigor desde el 1 de enero de 2016, por la cual las familias numerosas están exentas del pago de las tasas por el DNI o el pasaporte. Esta medida fue incluida con una enmienda del PP al proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2016, iniciativa que fue aprobada por las Cortes Generales, argumentando que era necesario “para compensar la caída de las rentas que las familias numerosas han tenido que soportar durante el periodo de crisis».
Es cierto que las familias sufren siempre mayores problemas económicos que el resto y está bien que se les puedan ofrecer todas las ayudas que sean posibles, siempre y cuando no perjudique al resto. En este caso, está claro que alguien en Interior no pensó bien las consecuencias que tendría la medida, porque desde principios de años esta discriminación positiva a una parte de la población está afectando negativamente al resto, que no encuentra citas disponibles para poder renovar el DNI o el pasaporte, muy necesarios para poder ser identificados, viajar o hacer su día a día.
Además, como explicamos en nuestra edición de hoy, los trabajadores están sufriendo en sus carnes las consecuencias del colapso, porque lógicamente la demanda ha aumentado, pero no los recursos humanos y técnicos para hacer frente a esa avalancha de solicitudes de documentación que se ha producido. Es muy fácil tomar medidas sin pensar las consecuencias ni dar respuesta a las necesidades que derivarán de esas decisiones. No es justo que para que unos salgan ganando, todos los demás pierdan claramente, especialmente los trabajadores, que están pagando el pato de una total falta de previsión de sus superiores.

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