Los acusados expusieron que el menor faltó en numerosas ocasiones al colegio por culpa de una enfermedad. A pesar de que no justificaron todas las faltas, alegaron que sí entregaron al centro un informe médico detallando los problemas de salud del niño. No obstante, la fiscal reclama a los progenitores una multa de 3.600 euros por un delito de abandono familiar. El Ministerio Fiscal reclama una multa de 3.600 euros para unos padres acusados por un delito de abandono familiar. El centro educativo fue el que interpuso la denuncia a los progenitores del niño, ya que el menor acumuló numerosas faltas sin justificar durante dos cursos escolares seguidos.
Por su parte, los padres del niño explicaron que su hijo faltó en repetidas ocasiones al colegio por sufrir una enfermedad respiratoria. En este sentido, incidieron en que al menor le daban crisis continuamente, motivo por el cual faltaba a clase durante varios días al mes. “Le daban crisis de otoño a primavera”, expuso el padre, asegurando que los profesores no se pusieron en contacto con él para reclamarle ningún justificante.
“Solamente nos llamaron una vez”, sostuvo. Tanto él como la madre afirmaron que en algunas ocasiones sí que le entregaron justificantes médicos al niño para que se los diera a su tutor. “Incluso le llevamos un informe médico con todo detalle de la enfermedad”, apuntó la madre.
“Nosotros somos los más interesados en que no falte al colegio, queremos que tenga un futuro”, manifestó la progenitora en la vista. Además, aclaró que el niño llamaba a un compañero para que le informase de los deberes cuando faltaba a clase y no perder el ritmo.
No obstante, las tutoras afirmaron en sus declaraciones que apreciaron cierta “dejadez” por parte de los padres. Asimismo, dijeron que el niño no entregaba apenas justificantes médicos y que estaba notablemente retrasado respecto al resto de alumnos por culpa de tantas faltas. De hecho, el menor tuvo que repetir curso. A raíz de la llamada de atención de una de las profesoras, una de las tutoras afirmó que los padres “modificaron su conducta”. Desde entonces, sí que aportaban justificantes, el menor llevaba la tarea y contó con un profesor particular.
Tras las declaraciones de los padres y las tutoras del centro, el Ministerio Fiscal reclamó una sentencia condenatoria para los progenitores al entender que sí hubo delito de abandono familiar.
Por su parte, la defensa alegó que “quizás las faltas no se justificaron como el centro esperaba, pero sí que están justificadas”. En todo caso, reiteró que no hubo dejadez en las funciones de los padres, que intentaron mirar por la salud de su hijo.
Finalmente, el magistrado del Juzgado de lo Penal núm. 1 declaró que el caso quedaba visto para sentencia.
