El cursillo de defensa personal es "como un chute de autoestima" para las mujeres participantes, según lo asegura Jorge Martínez García, subinspector de policía y monitor del curso que durante cuatro días se ha impartido, por iniciativa de la Viceconsejería de la Mujer, en el gimnasio Olympic Center. Las alumnas, en su mayoría mujeres víctimas de violencia de género, han aprendido varias técnicas que les permitan zafarse de un agresor y huir para salvar sus vidas. Javier Leiva, responsable junto a Badidi del gimnasio Olympic Center, calificó de "bastante interesante" el desarrollo de este curso, el tercero que se imparte en el centro en año y medio, al tiempo que señaló que resultaba "reconfortante colaborar con esta causa", la lucha contra la violencia de género "aportando nuestro grano de arena". Explicó que el curso lo imparte Jorge Martínez, permite "reforzar a las chicas participantes que han pasado por esta situación", por eso reiteró que el centro estará siempre dispuesto a colaborar en este tipo de iniciativas y atender a personas desfavorecidas.
Desde su punto de vista, los cursos de defensa personal que imparte una persona de la formación y sensibilidad de Jorge Martínez, "me encantan porque permite que mujeres sin conocimiento sobre artes marciales y defensa, salen reforzadas, con la autoestima alta y una seguridad importante, al contrario que el primer día, que llegan asustadas por lo que han sufrido. Después se van supercontentas y nosotros con ellas".
Preparación
Jorge Martínez García, subinspector de policía y monitor del curso, señaló que como en las dos ocasiones anteriores el curso busca darles a las mujeres "herramientas básicas para utilizar en una primera reacción" cuando son atacadas. "Somos realistas, porque si no tienen opciones o nociones básicas y disciplina de entrenamiento, no podrían superar una agresión. Las concienciamos para que resuelvan la agresión mediante el agarre y el ataque y huyan para salvar la vida. Las hacemos trabajar en estrés, en situaciones lo más reales posible para que puedan responder", dijo.
Afirma que el curso está teniendo una gran aceptación, "se implican y participan". Explicó Jorge Martínez que la diferencia es abismal entre las que comienzan el curso y las que lo terminan. Afirma que para las participantes, el curso es "un chute de autoestima". En clase, "les hablo de la realidad, de que no tienen herramientas para superar una agresión y que lo básico es aprender" a zafarse para huir. "No las tratamos como víctimas, ni las tenemos entre algodones, sino como compañeras de entrenamiento, y es un chute de autoestima para ellas", concluyó.
